Nueva jornada en la Segunda División B en la que se enfrentan dos conjuntos con muchas cosas en juego. Los celestes por una parte, tratarán de mejorar sus registros como locales, donde no son capaces de lograr una regularidad necesaria. Y el dato es esclarecedor: de los 27 puntos que cuentan ahora mismo, tan solo 8 fueron logrados en su casa. Con una victoria, cercenarán de raíz las posibilidades de ascenso de los coruñeses, y de paso de asegurarán una plaza en la primera edición de la Primera RFEF del próximo curso.
Idéntico bagage tiene el club herculino, pero al revés. Si los vigueses son el mejor visitante del subgrupo pero el tercero peor como local; los coruñeses son el mejor local, pero el tercer peor visitante. Con lo que se presenta sobre el papel, un duelo igualado en cuanto a las estadisticas recogidas en el historial de esta edición de la competición.
Una victoria coruñesa pondría a los pupilos de Rubén de la Barrera a tan solo un punto de los celestes, y con serias posibilidades de colarse entre los tres primeros, siempre dependiendo de lo que ocurra en los demás encuentros que se disputarán y también con los partidos aplazados que tiene que disputar el Racing de Ferrol.
Las bajas para este encuentro son numerosas en el cuadro vigués. Onésimo no podrá contar con Alfon, el goleador de Riazor; Josipovic, Kevin Soni o Ferrares, mientras que sí podrá contar con el escocés Holsgrove, en la dinámica del primer equipo olívico. También podrá contar con el lateral Sergio Carreira.
Por su parte, Rubén de la Barrera podrá contar finalmente con Eneko Bóveda y con Borja Granero, recuperados de sus molestias que arrastraban durante la semana. Con el que no podrá contar es con el central Derik Osede, lesionado en el talón de Aquiles durante el encuentro ante el Pontevedra. Tampoco estará Celso Borges.