La temporada del Deportivo es un fracaso mayúsculo y que aún puede ir a peor. Cuando el club herculino descendió el pasado verano de 2020 fue como elegir el peor año posible para hacerlo. Justo cuando la Segunda ‘B’ iba a ser reestructurada en dos categorías con, la poca información que se va sabiendo, muchísima diferencia entre ambas. Porque todo apunta a que las diferencias que habrá entre las futuras Primera RFEF y Segunda RFEF van a ser tan abismales o más que las que había entre las clásicas Segunda y Segunda ‘B’.
De ahí la importancia de que el Deportivo al menos logre asegurar su presencia en la Primera RFEF. Con la actual racha deportiva del equipo, se confía mucho en ello. No se lograrán los objetivos de la temporada, ni paliar el desastre de gestión económica de la temporada. Pero permitirá al club reiniciar el contador y trabajar desde ya para volver a su sitio en el fútbol profesional.
Para eso el club no hará revoluciones. Quiere que continúen tanto Richard Barral como Rubén de la Barrera. La Voz de Galicia así lo adelantaba, ya que de hecho el técnico ya tiene propuesta para continuar el próximo curso, aunque Rubén de la Barrera aún no ha contestado y probablemente no lo haga hasta avanzada la segunda fase de la competición.
Sorprende más el caso del director deportivo (aunque sin ser nombrado como tal) del club. Barral configuró esta plantilla que a pesar de su coste no ha sido capaz de meter al club en la lucha por el ascenso. Dentro del club el nuevo Consejo de Administración no ve que su trabajo sea tan malo para prescindir de él y también se apunta hacia su continuidad. Una palabra que en el Deportivo no se estila mucho últimamente.