Urgencias distintas marcaban el encuentro de Castalia. Los locales buscaban vencer para alejarse del descenso y el Mallorca quería los tres puntos para ceder la presión al Almería en la jornada del lunes.
El conjunto bermellón asumió su papel de favorito en su visita a Castellón de La Plana y cogió el timón del encuentro nada más empezar la contienda. El Castellón agarró el rol que ha tenido desde la llegada de Garrido y volvió a ser un bloque sólido ante las acometidas del conjunto bermellón. Los mallorquinistas se acercaron en distintas ocasiones a la portería de Whalley, pero al cuál no pudo batir en ningún momento. Sí que lo hizo el conjunto albinegro. Juanto Ortuño aprovechó un error de conocimiento técnico de Sastre y remató un centro medido de Rubén Díez para batir a Reina.
El gol no cambió el plan de partido, el Castellón siguió afincado delante de su área y defendiendo las intentonas de un Mallorca con brío, pero apagado de cara a puerta. Mollejo, Murilo y Salva Sevilla lo intentaron, pero erraron el tiro final.
Al inicio de la segunda parte, Luis García quiso dar un giro de 180 grados, con tres cambios a los siete minutos de la reanudación. El técnico madrileño observó en las bandas el principal carril potenciador para hacer daño al Castellón.
El Mallorca intentó darle mucho ritmo a la segunda parte para desgastar a un Castellón que se sintió cómodo agarrando de nuevo el testigo defensivo. Los bermellones intentaron acercarse a la meta de Óscar Whalley y esta vez, el meta castellonense tuvo que intervenir ante un disparo lejano pero potente de Salva Sevilla. También lo intentaron Dani y Murilo, pero sus disparos se fueron desviados.
En los últimos minutos, el Mallorca avanzó aún más sus líneas y quiso acercarse al gol. Álvaro Giménez fue el que más se acercó a la meta del gol. El ilicitano recogió un balón peinado por Valjent y lo voleó para que Whalley lo mandase a córner. Esta jugada, fue la última de cierto peligro de un Mallorca que jugada a jugada se chocaba contra un muro albinegro infranqueable. Los de Garrido, metidos atrás han conseguido que un transatlántico como el Mallorca encallase su navío en el Municipal de Castalia y que le otorga mucho oxígeno al Castellón en la lucha por la salvación.