Pensar en lo que habría sido del Real Zaragoza las últimas cuatro temporadas sin Cristian Álvarez bajo palos produce escalofríos entre el zaragocismo. Han sido cuatro años en las que sus paradas han aliviado muchísimas veces las lagunas defensivas de un equipo que juegue quien juegue o esté quien esté sigue sin mostrarse fiable sin encomendarse a las paradas de su portero. El viernes pasado fue un nuevo ejemplo cuando Cristian Álvarez tuvo que sacar dos manos de categoría ante el pichichi de la categoría: Uros Djurdjevic.
A falta de seis jornadas para la conclusión del campeonato, el Real Zaragoza suma trece porterías a cero, todas ellas con el argentino. De esta forma ya ha igualado el número de partidos sin encajar de las temporadas 2017-2018 y 2019-2020, en las que quedó tercero. Además, está a tres de su récord de estos ocho años en Segunda, que data del curso 2015-2016 con la dupla Manu Herrera/Bono en la portería y Popovic/Carreras en el banquillo, en el que la cifra asciende a 16.
Esa solidez defensiva ha permitido al Real Zaragoza salir del pozo y situarse, a falta del resto de resultado de la jornada, con seis puntos de ventaja sobre la zona de descenso. De estos números, tiene una gran responsabilidad JIM. El técnico alicantino ha dotado de una solvencia defensiva al equipo que no tenía ante. Algo que sin duda ayuda mucho a Cristian Álvarez. De esas trece porterías a cero, cuatro fueron con Rubén Baraja (Albacete, Alcorcón, Sabadell y Mallorca), que permaneció diez jornadas en el cargo. Otra tuvo lugar con Iván Martínez, en el 1-0 frente al Fuenlabrada, lo que supuso su único triunfo. Mientras que las otras ocho ya han sido con el actual técnico blanquillo en el banquillo.