Mayo ya está aquí y para el Valencia está marcado como un mes clave en el calendario. No ya solo porque el equipo de Javi Gracia debe asegurar la permanencia (y con ella la salida del técnico navarro), sino porque es cuando en el club ché se han propuesto el cerrar la renovación de José Luis Gayá, el capitán y emblema de este Valencia, más allá de 2023 que expira su actual contrato.
Gayà ya ha demostrado muchísimas veces a lo largo de su carrera que su prioridad, por sentimientos y corazón, es seguir en Mestalla hasta que su carrera esté finalizada o en el ocaso. Es sabido que ha rechazado varias veces ofertas de los grandes de Europa para seguir en el club de su vida. Pero este año ha sido especialmente duro para el de Pedreguer. El daño que se ha hecho al equipo desde muchos ámbitos ha llegado a él. Ha tenido que aparcar sus propias dudas para ejercer de capitán sin fisuras del vestuario. Una carga que no le hubiese correspondido a Gayá, pero que asumió.
Murthy sabe que la carga sobre Gayá ha sido muy elevada. El capitán no ha realizado ni dicho una mala acción o palabra aunque motivos no le han sobrado y por supuesto va a escuchar al Valencia en la propuesta que le hagan. Pero por primera vez el capitán va a pensarse mucho la propuesta. Debe ser buena, no tanto ya para él, sino que deben convencerle de que el ‘proyecto’ es bueno y ambicioso.
Todo esto hace muy difícil que la renovación se cierre en mayo como quiere Meriton y abre el abanico de posibilidades. Ahora mismo ningún club ha dado pasos por intentar fichar a Gayá. Tampoco se esperan en los próximos meses salvo que su Eurocopa, a la que acudirá salvo lesión, sea excelsa. Pero si el Valencia no está dispuesto a esperar una respuesta del lateral más allá de la Euro o incluso del verano. Esa es la amenaza velada de Meriton que quiere contar con Gayá, pero sin temblarle el pulso para colocarle el cartel de transferible antes de que entre en último año de contrato.