El futuro de Alberto Solís (Tomares, Sevilla, 1 de enero de 1998) es, cuanto menos incierto. Tras la eliminación del Celta ‘B’ en el play-off de ascenso frente al Bilbao Athletic, el jugador publicó mensajes que sonaban a despedida. Y en parte lo son, porque el ciclo del actual filial celtiña con un Onésimo que todo apunta dejará también el club, finaliza. En lo que al mediapunta se refiere tiene dos años más de contrato, hasta 2023, pero solo si es como jugador de la primera plantilla.
Con ese futuro incierto, no han trascendido nombres, pero sí hay ya equipos que se han interesado ya por su situación de cara a la próxima campaña en Segunda División. Uno de los clubes que ya habría sondeado esa disponibilidad a incorporarlo a su plantel está inmerso en la fase de ascenso a LaLiga SmartBank. Sin embargo parece complicado que por ahora el Celta active su salida. Todo apunta a que será un jugador que será probado en pretemporada por Coudet y se tomará entonces una decisión.
Lo contrario podría hacer que Solís, que este año ha sido una piza clave en el filial celtiña, saliese libre ya que el Celta si no le hace ficha es como darle la carta de libertad salvo que renegocie su contrato. Algo que parece improbable que el Celta, tras disputar 19 partidos (no jugó más por lesión), logrando 5 goles y dando 4 asistencias vaya a dejar que ocurra.