Final de temporada sin público en la Rosaleda en un encuentro marcado por el nerviosismo propio de la jornada unificada. Los locales, con la permanencia hecha se enfrentaban a un Castellón que buscaba una buena despedida tras descender la pasada jornada ante el Rayo Vallecano.
El Málaga hizo más
Desde el primer minuto los blanquiazules salieron con una marcha más. Álvaro Campos tuvo que emplearse en el ‘5 de partido para sacarle una mano a Caye Quintana. Los de Pellicer querían abrir la lata rápidamente y la segunda gran jugada de peligro acabó en la madera castellonense.
El ritmo frenético del primer tramo de partido fue apaciguándose poco a poco, aunque el Castellón no mostraba signos de mejora. Cuando parecía que la escuadra visitante se encontraba algo mejor, llegó el primer mazazo. Caye Quintana conseguía estrenar el marcador con un buen remate para enviar el balón a las redes de Álvaro Campos. Gol psicológico con el que los equipos se marcharían a vestuarios.
Scepovic puso la puntilla
La segunda mitad arrancó como el primer acto: el Málaga proponía y el cuadro blanquinegro (hoy en tonos verdes) intentaba sorprender aprovechando el error del rival. El partido iba entrando en la fase final y Scepovic se robó el protagonismo. El atacante serbio, que entró por Caye Quintana consiguió el primer gol en su cuenta particular en la primera que tuvo. Los banquillos comenzaron a agitarse, con cambios por parte de los dos técnicos. Con el partido prácticamente visto para sentencia volvió a aparecer Scepovic para aprovechar un desbarajuste defensivo rival y definir con mucha sangre fría ante Campos. Vaselina del delantero balcánico y broche final a una temporada atípica donde la Rosaleda esperará la vuelta del público a partir del próximo agosto. Final de liga donde los andaluces quedaron en una posición cómoda y el CD Castellón tendrá que volver a rearmas las piezas para conseguir el asalto a la categoría de plata en la nueva Primera RFEF.