18324 personas esperaban la redención en las gradas del American Airlines Center de Dallas. Poder superar la primera ronda de los Playoffs por primera vez en 10 años, por primera vez desde aquel inolvidable anillo de 2011.
Aún asumiendo que el objetivo no era fácil, tanto en la plantilla como en el público se manifestaban visibles gestos de confianza. No en vano habían conseguido ganar tres partidos seguidos en los Ángeles. No en vano los Mavericks acumulaban como franquicia un 8-0 en las series de Playoffs en las que han conseguido adelantarse 3-2. No en vano sus rivales, los Clippers, solo habían conseguido levantar un 2-3 en contra una vez en su historia.
Por su parte, los Ángeles Clippers se jugaban el futuro. No hubiera sido admisible que, después de haber conseguido juntar a Kawhi Leonard y Paul George, los resultados fueran perder una serie que habían tenido ganada y al año siguiente caer en primera ronda. La presión era inmensa, a juego siempre con las expectativas.
El partido arrancó con los mismos quintetos titulares que el quinto encuentro de la serie, con Batum y Marjanovic como principales ajustes de cada entrenador. El ambiente era eléctrico, y los Mavericks consiguieron ir liderando el marcador durante casi todo el cuarto. Fue, cómo no, Luka quién lideró a los suyos. A pesar de tener a Kawhi encima como primer defensor, el esloveno buscó a través de bloqueos directos emparejamientos más favorables. Los Clippers, sin Zubac en pista, se sienten más tranquilos en estas situaciones, por contar ahora con jugadores teóricamente intercambiables en defensa. También ayudó Tim Hardaway Jr., que un día más se creció ante la presencia de su padre en la grada.
El héroe para los visitantes durante este primer periodo fue Reggie Jackson, pues comenzó el partido anotando sus cinco primeros tiros y acabó el cuarto con 14 puntos claves para mantener el marcador igualado. Kawhi no tuvo demasiado protagonismo en estos primeros compases, intentando tan solo tres tiros.
Del intercambio de fallos que fue el segundo cuarto fueron los Clippers quienes consiguieron sacar ventaja. Kawhi Leonard conquistó un día más a los nostálgicos con un dominio exquisito de la media distancia para añadir 13 puntos a su cuenta particular. El resto de su equipo acumuló un 1-12 en tiros de campo que no hubo que lamentar demasiado porque los Mavericks también tuvieron muchos problemas para anotar. Ni los triples liberados de Finney-Smith ni los intentos debajo del aro de Marjanovic dieron resultado. Las constantes pérdidas hicieron el resto. 17 puntos en 12 minutos y todo por decidir en la segunda parte.
Y la segunda parte tuvo una constante: Kawhi Leonard. El alero californiano anotó 29 puntos y falló 3 tiros. Rompió el partido cuando quedaban tres minutos con 8 puntos seguidos que silenciaron definitivamente el American Airlines. Acabaría con 45 puntos en lo que fue una exhibición de recursos ofensivos ante la cual asistieron impotentes Finney-Smith, Kleber y Doncic. Destreza y precisión en cada uno de sus movimientos. Fintas y step-backs perfectamente ejecutadas para poder levantar el tiro en equilibrio. Fue un recordatorio perfecto de por qué mucha gente se refiere a él como «el robot» o «el cyborg». De hecho, puede que estemos ante la versión más pulida de Kawhi. En los seis partidos que van de serie acumula 32 puntos con un 60% en tiros de campo, a lo que hay que sumar una intensidad defensiva altísima durante casi cuarenta minutos por partido. Impresionante.
Sin embargo, es muy importante tener en cuenta por qué está siendo necesario este nivel robótico de Kawhi. Y es que de no haberlo alcanzado los Mavericks ya estarían preparándose para jugar contra Utah por un puesto en la final del Oeste. Luka volvió a dar un gran nivel a pesar del evidente cansancio acumulado. Porque son ya seis partidos haciendo un esfuerzo titánico en cada ataque; y eso se nota. Tim Hardaway y Dorian Finney Smith volvieron a ser los escuderos del esloveno, lo que significa que, un día más, Porzingis no rindió al nivel que se esperaba de él. Ya no es solo que en ataque apenas esté asumiendo tiros (13 en los últimos dos partidos), sino que su actitud por la pista denota una falta de intensidad preocupante. Impropia de la importancia que tiene una serie de Playoffs.
El resultado final (97-104) tiene dos consecuencias. La primera es de calado histórico. Por primera vez en la historia de la NBA se han jugado seis partidos en los que el quipo local no ha conseguido ganar ni una sola vez. La segunda es que el domingo habrá séptimo partido, el único en esta primera ronda de Playoffs. Y eso, como espectador, es todo un regalo.