Da igual en que categoría esté que el Deportivo de la Coruña seguirá siendo el Deportivo. Si algo se han dado cuenta los nuevos gestores es que, a nivel de entidad, el club blanquiazul sigue siendo un auténtico transatlántico capaz de mover algo que, desde fuera, se creía difícil porque nadie obvia que fuera del fútbol profesional, como se dice coloquialmente, hace mucho frío. Y no se limita esto al plano económico, sino también al social, al empresarial y al deportivo.
En el económico nadie duda de que otro club en la situación actual del club coruñés sería pasto de un proceso de liquidación. Solo el respaldo de ABANCA lo evita y nadie lo niega. Pero para que un banco del nivel del que es máximo accionista se involucre, es porque el Deportivo sigue siendo un gigante.
Esto se aplica también al ámbito empresarial. Si algo también se han dado cuenta sus nuevos rectores es que cuando negocian un patrocinio o una vía de ingresos las facilidades son mayores que a una empresa corriente o a muchos clubes con los que se batirá el cobre en el campo. Pero esto no se extrapola solo a ese ámbito económico.
En lo social y en lo deportivo también se da. No hay más que ver como en apenas una semana, el club ha visto a sus abonados por encima de los 5.000 en un año que volverá a ser complicado para ellos, con restricciones de aforo que se presumen seguirán vigentes varios meses.
Por último, esto pasa también en lo deportivo. El Deportivo puede acceder, más allá de que pague sueldos altos, a jugadores con caché de divisiones superiores. Esto mismo lo reconocía un Pablo Trigueros en su presentación, afirmando haber rechazado propuestas deportivas mejores. Y es que, al final, en Primera, Segunda o Tercera, el Deportivo sigue teniendo tirón.