Duelo de recién ascendidos en Lezama entre dos equipos que aún están cogiéndole el ritmo a la competición. El partido, disputado en las instalaciones del Athletic Club por culpa de la precariedad de su habitual campo, tuvo al Burgos como favorito en la primera mitad.
La poca dureza de la defensa local, sumada a la creatividad de los hombres de ataque del Burgos, le permitieron a este pasar una primera parte relativamente cómoda, aunque el marcador no reflejó lo mismo.
Fue en el 5 cuando llegó una de las únicas ocasiones del Amorebieta en la primera mitad, con la fortuna para ellos de poder transformarla en gol. El autor sería Orozko, quien fusiló la portería de Herrero tras una genial dejada de pecho de Olaetxea.
La segunda y última ocasión que tuvieron se produjo pasada la media hora de partido, con una falta cercana que casi coge portería. El Burgos por su parte, gozó de una mayor presencia en el campo rival, y los de arriba tuvieron el día acertado.
Así se plasmó en el tanto de la igualada, que llegó tras una genial combinación que terminó con un soberbio pase filtrado de Valcarce a Juanma.
Sin embargo, Pablo pasaría de héroe a villano en la tarde del sábado, pues pasó de dar la asistencia de la igualada a ser expulsado en la segunda mitad tras una entrada a Seguín. La roja llegó por lo que el árbitro entendió como una agresión, aunque la decisión arbitral fue bastante rigurosa.
Con uno menos para todo lo que restaba de partido, el Burgos jugó sus cartas a la perfección, mostrándose sólidos atrás e impidiendo que el Amorebieta llegase demasiado a su portería, y tratando de aprovecharse de las jugadas a balón parado para lograr una épica victoria, algo que casi logran.
Llegaron a ponerse por delante gracias al centro de Saúl Berjón, que dejó solo a Miquel Rubio para rematar a placer.
Habría sido una remontada de las que se rememoran a final de temporada cuando se logran los objetivos, pero la diosa fortuna le dio la espalda al Burgos en él último suspiro.
Fue en un centro desde el costado derecho al que contestó Santamaría con una parada prácticamente inapelable, con la mala fortuna de que el rebote le dio a Córdoba en el talón, para terminar introduciéndose en su propia portería.
Así pues, reparto de puntos en Lezama; en un partido en el que el Burgos luchó, defendió y se lo mereció, pero en el que finalmente terminó muriendo en la orilla.