La Roma salió reinante del frenesí de emociones. Resultó apoteósico el triunfo de la ‘Loba’, tanto para obtener el liderato de la Serie A como para venerar los mil partidos de José Mourinho en los bancos. Una sabrosa victoria ante lo complicado que fue batir al Sassuolo (2-1), intenso y resiliente hasta las últimas. Al final, el gol de El Shaarawy y otro anulado a Scamacca colocan a los capitalinos en lo más alto 11 años después.
Alabada sea la pizarra
Parecía que los preparativos para que el Olímpico sea una fiesta iban a estallar antes de lo previsto. Y es que la Roma, siguiendo la línea de sus anteriores partidos, se volcó directo al arco del Sassuolo en busca de un rápido tanto. La movilidad de sus atacantes en el último tercio y la amplitud con la que atacaban les hacía superiores. Sin embargo, en cuanto los ‘neroverdi’ se hicieron con el balón, estos impusieron su ley en el verde. Las transiciones rápidas y balones largos se transformaron en una posesión que empujó a los capitalinos a su campo. Con más protagonismo de su equipo, Berardi, punta de espada de la entidad de Reggio Emilia, se activó: asistiendo a Duricic antes de que le invalidarán un gol por fuera de juego.
Moviendo mucho el balón entre líneas y pisando cada sector del campo, la escuadra de Dionisi se hacía cada vez más superior y sus ocasiones seguían apareciendo. Boga, desequilibrando por izquierda, y Chiriches, tras un centro de Rogério, tentaron con el gol. Pero justo cuando el Sassuolo parecía más cerca de abrir el marcador, el laboratorio de Mourinho hizo efecto. Pellegrini ejecutó con calidad un tiro libre raso -cuando todos esperaban un centro- directo a Cristante, que definió con decisión ante Consigli (37′). El portazo recibido no frenó aún así a su rival, que antes del descanso hilaría una jugada que Mancini terminaría abortando al límite.
Éxtasis ‘giallorossi’
Desafortunadamente para el equipo capitalino, el ritmo acosador e intenso del Sassuolo, no disminuyó volviendo al campo. La Roma era incapaces de superar la red en la que estaban atrapados y, en su intento de romper líneas, perdían pelotas que le devolvían el control a su oponente. Acorralando más al local, el ‘Tricolore’ tuvo premio con el empate. Scamacca descargó a Berardi dentro del área y este volvió a asistir a Duricic, que se metió con el balón en la red (57′). Justicia divina para el ‘Sasol’, que fue a por más. En esos momentos de sufrimiento, Rui Patricio se alzo para frenar el vendaval verde y negro que asediaba a su equipo.
Inspirados por el portugués, la ‘Loba’ volvió a enchufarse y devolver los mismos golpes que el Sassuolo lanzaba. En eso, el duelo entro en un suspense al que solo el gol de uno u otro le pondría conclusión. El juego pasó a segundo plano. Todo iba de arco a arco y muchos mano a mano. Y en el de banquillos entre Mourinho y Dionisi, el luso salió vencedor. La entrada de El Shaarawy y Shomurodov resultarían ser los ases ganadores del equipo romano. En el tiempo extra, el de Uzbekistán serviría el tanto al italiano (90+1), desatando la famosa carrera por la banda de un ‘Mou’ exaltado y haciendo estallar al Olímpico, que entró en locura. La misma vehemencia con la que la Roma se acabó imponiendo. Todo muy propio de Mourinho, que celebra su ‘milenio’ como el sabe: ganando.
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