El Club Gimnàstic de Tarragona se impuso por 2 a 1 al CD Alcoyano en un partido correspondiente a la quinta jornada de Primera División RFEF. El conjunto grana consiguió superar la asfixiante presión del conjunto entrenado por Vicente Parras y dominar la mayoría del encuentro. Mourad puso en vilo a la afición con el 0 a 1, pero Robert Simón y Édgar Hernández lideraron la remontada y certificaron la victoria, que sirvió como colofón final para las fiestas de Santa Tecla, patrona de la ciudad.
Uno, dos, tres saques de esquina. En corto para Javi Bonilla, el centro y un cabezazo de Ribelles que hizo volar a José Juan para evitar el gol. El cuarto córner en 150 segundos. La plantilla del Club Gimnàstic de Tarragona había salido del túnel de vestuarios dispuesto a regalarle el triunfo a su afición para concluir las fiestas de Santa Tecla, patrona de la ciudad. Se esperaba una presión asfixiante de inicio por parte del Alcoyano, pero era el conjunto grana el que empujaba a la defensa rival a encerrarse en su área.
Los de Vicente Parras repelieron el quinto saque de esquina, irónicamente, en el minuto cinco, con la mala fortuna de que el balón cayó a pies de Joan Oriol. El lateral lo envió a la testa de Aythami Artiles, pero el remate del central salió desviado. Si el partido seguía esta dinámica, se le iba a hacer muy largo a los visitantes.
Hola, somos Mourad y José Juan
El Alcoyano se despertó. Todo había sido una pesadilla. Después de los agónicos minutos iniciales, el juego se estabilizó. Si bien los de Raül Agné tenían la posesión, tampoco conseguían crear ningún peligro gracias a la presión insignia alicantina. Jugadores como Fran Miranda se encargaban de cubrir las espaldas de la defensa y ponían un segundo obstáculo en el camino de los locales. No fue hasta el minuto 26 que José Juan volvió a entrar en acción, pero su intervención fue necesaria para salvar al equipo. El guardameta desvió con la yema de los dedos un disparo cruzado de Robert Simón, quien se había quedado solo en el flanco derecho.
El gran ausente estaba siendo Manu García. El portero del Nàstic de Tarragona tan solo tocó dos balones en la primera media hora de juego, cortesía de sendos pases hacia atrás de su pareja de centrales. Mourad quizás era el nombre más destacable del ataque del Alcoyano. No por su habilidad con el balón en los pies, sino porque no dejaba que Quintanilla y Aythami reorganizaran el juego con tranquilidad.
Las faltas dominaron el partido hasta que, en el minuto 42, Édgar Hernández a punto estuvo de batir a José Juan con un cabezazo. Los aficionados, sin embargo, aún tuvieron que contener la respiración. El Alcoyano inició un raudo contraataque, Lillo encontró el desmarque de Mourad, el marroquí penetró en el área y batió por debajo a Manu García. Los de Vicente Parras se ponían por delante en el marcador con su primera ocasión. Ya sobre la bocina, Mourad volvió a intentarlo con un disparo desde la frontal que Manu García desvió. El rechace cayó a pies de Dani Vega, pero el guardameta apareció de la nada para bloquear el 0 a 2.
Fiesta en Tarragona
Igual que ya ocurrió el pasado fin de semana ante el Real Madrid Castilla, el Nàstic salió del vestuario dispuesto a comerse el mundo. Pol Domingo probó suerte con un curvilíneo disparo desde fuera del área en el segundo minuto de la reanudación. José Juan aún no olía el peligro, pero ya era una aproximación.
A diferencia de la primera mitad, el partido se convirtió en un intercambio de golpes. Fran Miranda estuvo cerca de provocar un infarto a sus antiguos seguidores con una lejana volea que salió lamiendo el palo. Los granas respondieron mediante los recién ingresados Jannick Buyla y Pedro Martín. El de Guinea Ecuatorial vio al ‘9’ a su derecha, este entró al área y prefirió regalarle el gol a Joan Oriol. No obstante, su pase fue demasiado potente y el lateral no pudo controlarlo. Segundos pasaron hasta que Andy Escudero remató demasiado alto un centro de Ángel Sánchez.
Desde ese momento, empezó un monólogo grana que buscaba el empate a la desesperada. Édgar Hernández y Joan Oriol, ambos por partida doble, fueron los siguientes en unirse a la fiesta. Precisamente, de las botas del delantero ex de Sabadell y Reus se originó la jugada del empate. José Juan consiguió despejar el disparo a bocajarro del ’16’ en un mano a mano. Robert Simón, más listo que nadie, leyó la trayectoria del balón y lo empujó sin oposición alguna al fondo de la red.
Cuando todo parecía listo para sentencia, llegó… la sentencia. Pedro Martín se escoró demasiado a la derecha, pero consiguió sacar un centro que se envenenó. José Juan, encerrado en el área chica, no pudo atrapar el balón a pesar de no tener oposición y Édgar Hernández aprovechó el error para certificar la remontada.
El partido terminó con victoria local por 2 a 1. El Nàstic dominó el encuentro de inicio a fin y consiguió poner fin a la racha invicta de los de Vicente Parras. De esta manera, los granas se colocan en segunda posición, con 10 puntos. Por su parte, el Alcoyano se irá a cenar cuarto, con 8 puntos.