La Carrera Astur | Pk.9: Tablas en #ElNuesuDerbi

Los dos grandes del Principado igualan (1-1) en el Carlos Tartiere. Un punto que deja a ambos en la parte alta de la tabla y, por lo escuchado en el postpartido, también con un sabor de boca agridulce

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Era un partido especial. Todo el mundo miraba al Carlos Tartiere en el que era, sin ninguna duda, el partido de la jornada en LaLiga SmartBank. Es cierto que cada uno barre para su casa, pero las dos personas que redactamos este texto creemos que el asturiano es uno de los mejores derbis que se pueden ver y vivir. Un ambiente difícil de igualar para una rivalidad muy alta. El partido, además, mejor de lo esperado. No fue tan cerrado, el público se divirtió, vio grandes jugadas, detalles, ocasiones… Eso sí, al final, ninguno pareció acabar contento, por lo escuchado en palabras de los principales protagonistas. El punto, que deja a ambos en esa parte alta de la tabla. Pero también, a su vez, da la sensación de que tanto unos como otros se quedaron a medias y con las ganas de lograr el triunfo. Lo normal en cualquier derbi.

El Oviedo mereció más

  • Fieles al plan. En palabras de un ilustre ovetense, el equipo confía en el plan. El que llega desde los vestuarios. El Sporting inició el derbi queriendo ser protagonista con balón. Desde el bando azul, los futbolistas se pusieron a currar en lo suyo. Bastón y Obeng fueron la primera línea defensiva de un equipo que apretó muy alto, incomodando la salida de balón de los visitantes y evitando que estos progresasen con la pelota. El entramado defensivo que presentó Ziganda provocó que Femenías fuese un mero espectador durante los primeros minutos. Eso sí, con balón costaba. Y las imprecisiones se empezaron a pagar. Con Villalba moviéndose entre líneas, Femenías comenzó a aparecer. En dos ocasiones, en concreto. Ante el propio Villalba y después frente a Aitor. Pero ya sabemos que en estos partidos, el más mínimo detalle acaba siendo crucial.
  • Lucas cambia el guión. Porque pese a los sustos, el Oviedo volvió a incomodar al Sporting en esa salida de pelota. Los centrales rojiblancos, con Pedro Díaz entre medias, volvieron a ver complicada la tarea de sacar la pelota. Y empezaron a llegar los errores y las primeras ocasiones azules. Obeng fue el primero en avisar a Mariño con un disparo algo forzado. Y en este caso, a la segunda fue la vencida. Mossa y Borja cocinaron la acción, y Lucas atacó la gran debilidad del Sporting en defensa para, llegando desde atrás hacer el primero. Dos cosas en relación al tanto. La primera, en beneficio del propio lateral azul, al que ese momento le cambió un partido en el que estaba muy impreciso, sobre todo en acciones defensivas. La segunda, viene de los banquillos. El Oviedo supo atacar las debilidades que Villalba muestra a la hora de defender. No acompañó, y Lucas remató solo. No fue la única acción de este tipo en el partido.
  • La segunda parte. Con los espectadores aún regresando a sus asientos, como se suele decir tras el descanso, un error atrás de los azules dejó a Campuzano en una buena posición para hacer el empate, aunque Calvo le negó el camino hacia el gol. Un susto sin importancia, porque en los siguientes minutos, el guion siguió igual. Si hablamos de ocasiones, y no de llegadas, estas las puso el Oviedo. Obeng cruzó demasiado un latigazo, marchándose el balón lamiendo la cepa del palo. Pero, sin duda, fue Bastón quien tuvo la más clara en un mano a mano que se le fue arriba. Los azules no sufrían, pero el paso de los minutos permitió al Sporting ganar metros. Y apareció Villalba. El futbolista sirvió un balón perfecto al desmarque de Uroš Đurđević, que salvó su partido anotando ante Femenías.
  • Pombo se deja ver. Justo antes del tanto del empate, el Oviedo preparaba un doble cambio. Eran Arribas y Pombo quienes iban a saltar al césped, pero la igualada visitante cambió los planes. Solo el aragonés acabó entrando al césped, y la verdad que su ingreso en el verde del Tartiere fue notable. Muy buena presentación y gran reacción azul al tanto encajado. Pombo se situó por dentro, con Borja en la izquierda. El ex del Zaragoza no tardó en probar a Mariño. El futbolista dio otra cara al Oviedo en los minutos finales, y en otra acción suya, los azules volvieron a tenerla para ganar el partido, pero su disparo no encontró la red y se marchó desviado. El tiempo se acababa y el encuentro finalizaba con el Oviedo en área rival.

Unas tablas bastante justas

  • Un buen inicio: Una de las cosas que había que ver era si el cambio de discurso y de actitud en el Sporting de cara a un derbi; de tratarlo por fin como el encuentro que es y no como uno más, se llevaba al campo. Y lo cierto es que eso se llevó a cabo. Hubo más intensidad y más cosas positivas, todo ello sin perder el estilo que ha caracterizado al Sporting el último año largo con la llegada de David Gallego. El Sporting inició muy bien el choque hasta que aprovechando una tangana creada por los azules de una simple falta y que se saldó sin que la sangre llegase al río, dio pie a una reacción azul.
  • Reacción tardía, pero buena: Porque el Oviedo supo cerrar las líneas de salida de balón del Sporting. Asfixió a sus pivotes y obligó a muchos jugadores a hacer cosas que no acostumbran a hacer. Ahí empezó la mejor fase del cuadro carbayón con un buen gol, mal defendido además, y que se prolongó todo el primer tiempo y gran parte del segundo. Porque la alta presión azul se mantuvo casi hasta superado el ecuador del segundo tiempo, cuando el físico empezó a hacer algo de mella y los cambios de Ziganda fueron conservadores, dando al Sporting el espacio y el terreno que necesitaba para intentar crear peligro aunque su rival estuviese muy bien cerrado.
  • Djuka y Villalba, el dúo sacapuntos: Ahí apareció primero Fran Villalba. A pesar de la elevada controversia que supone su punto de partida en la banda, casi todos sus toques de balón en campo contrario fueron siempre en el centro, dando la razón al argumento esgrimido por el técnico en la rueda de prensa posterior al derbi. Con el Oviedo defendiendo ya en bloque bajo en los últimos minutos, el valenciano se inventó un pase que solo vio él a un desmarque solo Djuka vio posible que llegase un balón para batir por arriba a Femenías. Un gol de excelsa calidad que le permitió a los rojiblancos empatar. Pudo incluso ganar y perder, si Aitor García o Pombo hubiesen estado acertados en sendas transiciones con muchos espacios en los minutos finales.
  • Se pierden dos puntos, no se gana uno: Lo más positivo es que el equipo no se fue contento del Carlos Tartiere. El discurso de que un derbi no se juega, sino que se gana, parece haber calado por fin en el equipo rojiblanco (sus años le ha costado). El empate final no se celebró, aunque el punto, por ser una visita muy complicada y porque los resultados posteriores le dieron mucho valor, sabe a muy poco. Pero más allá de eso, el equipo pasó página rápido porque ahora toca otro partido frente al Alcorcón en el que los rojiblancos necesitan sumar de tres para seguir arriba.
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