¿Por qué todos los jugones sonríen igual?
Volvía el calor de la grada del Coliseum Burgos a subir la temperatura gracias a los ánimos incondicionales de los aficionados locales. Una grada que contaba con la fuerza de la Peña Andrés Montes, la cual estaría más animada que nunca al celebrar el 12º aniversario del fallecimiento del mítico narrador Andrés Montes. Además, era la vuelta de Joan Peñarroya y Jaisel Rivero a tierras castellanas. Sin embargo, con el balón en juego ya no había viejos conocidos.
Tanto Hereda San Pablo Burgos como Valencia Basket aplicaron un ritmo alto en el partido al mismo tiempo que daban una exhibición en la circulación de balón. En este sentido los ataques se imponían a las defensa para el agrado del público (sobretodo neutral).
En los apartados inviduales, Louis Labeyrie aprovechó su titularidad para ser la referencia anotadora de los valencianos. Por parte de los locales se repartieron esta responsabilidad inicial entre Vitor Benite y Suleiman Braimoh.
AMBIENTAZO en el Coliseum y por supuesto con la presencia de Andrés Montes ✨❤️
La @P_AndresMontes, como siempre, presente en el pabellón y con una mágica pancarta recordando al eterno Andrés Montes.
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Valencia Basket cuida al máximo el trato de balón
Tras el descanso, Valencia Basket encadenó una buena racha de ataques en la cual un triple de Nenad Dimitrijevic provocó el tiempo muerto de Zan Tabak que demandaba más comunicación y agresividad defensiva a los suyos. Y Xavi Rabaseda dio un paso adelante dejando un espectacular aro pasado con rectificado en el aire sobre Rivero que provocó un 2+0.
Además, Dani Díez confirmaría su gran estado de forma desde el tiro exterior (3 triples en el segundo cuarto). El marcador volvía a apretarse (27-30) y las malas noticias llegaban (cómo no) en forma de molestias físicas para un jugador taronja: en esta ocasión sería Víctor Claver. Pero Valencia Basket supo aguantar la embestida castellana y gracias a un gran Dimitrijevic volían a escapar hasta el +9 (28-37).
Otro de los destacados sería Martin Hermannsson. El islandés está reencontrándose con su juego estando más liberado para tomar decisiones. De esta manera se llegaría al descanso con Valencia Basket por delante en el marcador. Una de las claves sería el balance de asistencias-pérdidas de los locales (11-2), quienes habían tenido problemas con los balones perdidos en los partidos anteriores.
¡Jugón!
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Las lesiones acribillan a Valencia Basket
En el descanso Peñarroya confirmaría la mala noticia de que Claver no volvería a jugar el partido. En los primeros minutos, los visitantes salieron con una marcha menos (quizás procesando todavía una nueva lesión). Esto lo aprovechó San Pablo Burgos para recortar distancias y tejer una tela de araña defensiva para obstaculizar el ataque rival. Tanto fue así que la primera canasta taronja no se vio hasta casi pasados cinco minutos, un triple de Xabi López-Arostegui.
El parcial de 10-3 para los de Tabak obligaba a Peñarroya a parar el partido. Era un momento crítico para Valencia Basket que ya veía los fantasmas del cansancio de los últimos partidos en los que se le escapaba la victoria en las segunda parte.
Por si no fuera poco contratiempo una nueva lesión, Hermannsson también tendría que ser sustituido después de una mala caída. Al final de cuentas, Valencia Basket sobreviviría y acabaría el cuarto con una pequeña ventaja de tres puntos.
López-Arostegui anda suelto y es muy peligroso
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Supervivencia taronja
El viento soplaba a favor de los locales que enseñaban ferozmente los colmillos a un Valencia Basket arrinconado que se lamía sus heridas. Como Dimitrijevic, que también sería cambiado por problemas en el índice de su mano derecha. Una auténtica plaga de lesiones asolan a Valencia Basket, que quizás debería revisar su política de esfuerzos sobre reforzar al equipo con fichajes.
A pesar de todos los males, Van Rossom aparecería con un triple salvador que mantenía a su equipo metido en partido. Además, Pradilla se marcaría una canasta muy meritoria a tablero antes de que Vitor Benite fallara dos tiros libres que podrían ser cruciales a posteriori. San Pablo estaba haciendo más méritos para llevarse el partido pero en el último momento fallaba tiros aparentemente fáciles.
Los locales contaban con faltas personal por hacer (la segunda fue marcada a falta de un minuto) con las que trataba el juego de Valencia Basket. A pesar de eso, con solo 13 segundos por jugar, Hermannsson conseguiría dos tiros libres vitales. La grada subía los decibelios. Primero dentro. Los fans aumentaban aún más el rudio. Segundo también dentro. Más cuatro para los taronja. Tiempo muerto para que los locales dibujaran una jugara que aún les permitiera dar la vuelta al partido.
La tensión se palpaba en el ambiente y le pasó factura a Dejan Kravic que perdería el balón y quizás las últimas oportunidades de victoria.
¡Tim Siglo XXI Pradilla!
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