El Milan no cede en su carrera por la Serie A. En esta ocasión, los ‘rossoneros’ obtuvieron una gran victoria (1-2) en su visita al lado ‘giallorossi’ de la capital de Italia. Se movieron mu bien los lombardos, exhibiendo un gran nivel de la mano de Ibrahimovic para encaminar el triunfo. Muy oportuno, ya que en cuanto se quedaron con uno menos la Roma tentó hasta el final con un empate que jamás llegaría.
Zlatan se sale
Bajo una racha impactante (16 partido invicto en competición liguera) e igualados en la cima con el Napoli (31 puntos), el Milan mantiene el gran nivel de la campaña pasada. No fue menos en el Olímpico ante la Roma, al que tiene tomada la manija como visitante: una derrota en sus 5 últimos encuentros. Consciente de esa mala dinámica y del fútbol rival, Mourinho quiso ser lo más fiel posible a su fútbol buscando atraer al rival y lastimando en transición. El duelo, entonces, se volvió un ida y vuelta en pocos minutos, pero con los lombardos empezando a hacerse de a pocos con el control gracias a un buen ejercicio posicional y de la presión.
Subiendo líneas, asfixiando al local y jugando a una velocidad inmensa, los de Pioli se gustaban en el campo. Aunque mejor lo pasaba Zlatan. El juego que imprimía su equipo favorecía mucho al delantero de 40 años, con tiempo y espacio para decidir en 3/4 con calidad. El sueco deleitaba con cada cada intervención, a la par que complicaba a una zaga romana que empieza a caerse a trozos. Y uno de esos huecos lo aprovechó ‘Ibra’ para ejecutar un tiro libre raso que dejó sorprendido a Rui Patricio (25′). No le bastó al ex Barza ni a su equipo, que vieron como les anulaban el segundo antes del descanso; no obstante, su rival no era prioridad alguna.
Corto arreón capitalino
La energía milanista no descendió cuando se reanudo la partida y la Roma ni mucho menos era un digno oponente. En especial para un Zlatan desatado. El veterano jugador fue derribado dentro del área y, aunque buscaba ampliar su racha, fue Kessié el que acabó ampliando la ventaja (57′). Todo parecía irle genial al subcampeón italiano; sin embargo, Theo Hernández complicó el asunto al recibir la segunda tarjeta amarilla y dejar a su equipo con uno menos. Ello fue la reacción que necesitaba la ‘Loba’. En un par de segundos, todas las acciones del choque se volcaron a la portería de Tatarusanu. El Milan, obviamente, se vio obligado a realizar un ejercicio de supervivencia, el enésimo del año.
Entendiendo el contexto en el que se movía su equipo, Mourinho apostó por colocar toda la carne en el asados con Pérez y El Shaarawy junto al peligro que creaban Pellegrini y Zaniolo. Ambos italianos tuvieron una triple chance para descontar a balón parado, pero el canterano del Inter no estuvo fino en sus cabezazos. No se rendía, aun así, la Roma, deseosa de poner a su mal andar (un solo triunfo -1-2 contra Cagliari- en 6 partidos). Parecía siquiera obtener algo de esperanza cuando El Shaarawy descontó en el largo añadido. Lamentablemente para sus intereses, su poca precisión condenaron a los romanos a otra derrota ante el colíder del campeonato transalpino, que sigue de dulce.
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