Cuando el gran Enzo Bearzot, aterrizó en España en 1982 le preguntaron por las aspiraciones de la selección azzurra en ese mundial. Su selección había hecho una fase de clasificación ramplona, con una Yogoslavia insultante que quedó primera de su grupo. A esto habría que añadir que el allenatore se atrevió a llevar en esa convocatoria a un portero de 40 años y a un delantero centro recién salido de la cárcel. Con todos estos precedentes la prensa italiana, más que la afición, cargaba con duras críticas contra su propia selección. Máxime después de la primera fase, en la que se clasificaron de milagro con tres empates y cero victorias. Pues con todas estas dudas y críticas, y viendo que ya nadie creía en ellos para ganar ese mundial, el bueno de Bearzot respondió tranquila y pausadamente: «No importa lo que digan de nosotros, nuestro equipo cree en lo que está haciendo, esto aún es muy largo y, estén todos tranquilos, que saldremos campeones».
Esto mismo pueden aplicarlo a sus vestuarios los dos entrenadores de los equipos que se enfrentan mañana en la capital charra. Los Unionistas de Salamanca llegan al partido de mañana con un balance negativo. 4 empates y una derrota, aunque esta fue en los despachos. Por lo que Dani Mori, tendrá que empezar a cambiar algunas cosas en los próximos partidos. Pero inculcando a sus jugadores que no dejen de creer en lo que están haciendo, pues en el cómputo general la temporada está siendo muy buena. Y máxime un equipo que no partía entre los favoritos. En la última jornada consiguieron un empate en Gal, frente al Real Unión. Y esto, que para muchos parece perder puntos, no es fácil en absoluto. Puntuar en campos como ese no es nada fácil. Es cierto que el equipo de Irún jugó más, llegó más y mereció más. Pero también es muy difícil doblegar al equipo de la muy culta, docta y sabia Ciudad de Salamanca. No es un equipo que tenga un dominio en la posesión de balón, eso lo deja en manos del rival. Pero aprovecha muy bien, especialmente en las pérdidas del rival, para hacer transiciones muy rápidas especialmente por ambas bandas. Además de ser un equipo muy incómodo con todos sus rivales, con un ritmo muy fuerte todo el partido. La muestra está en que no ha sido capaz de ganar ninguno de los últimos 5 partidos, pero tampoco los ha perdido, al menos en el verde. Por lo que estamos ante un conjunto muy difícil de ganar. Los números no engañan.
El CD Badajoz, por su parte, acude a Estadio Municipal Reina Sofía después de una dura derrota en casa frente a la UD Logroñés. Por lo que sin duda su entrenador también tendrá que emular al gran Enzo Bearzot, alentando a su vestuario a seguir confiando en lo que están haciendo. Y no le sobrarían argumentos ya que su equipo juega muy bien al fútbol, al menos para los que nos apasiona el buen fútbol por encima de todo. Incluso contra los más grandes de esta nueva categoría, el equipo de la capital del Guadiana genera un buen fútbol, lleno de alternativas en ataque y con múltiples ocasiones muy claras de gol. Pero claro algo está fallando cuando no solo no ganas sino que pierdes incluso en un fortín como el Nuevo Vivero. El equipo blanquinegro tiene que desatascar de una vez por todas esa escasez de pegada. Quizás sea cuestión de suerte y los goles llegarán cuando se rompa esa racha. Pero hay ocasiones que también dependen de la calidad para transformarlas en gol. Solo hay que ver la gran cantidad de veces que se pasea el balón a escasos dos metro de la portería rival. El delantero tiene que trabajar eso, aunque los hay que vienen de fábrica, y estar en el sitio y sentenciar esas jugadas. Es mi modesta opinión. Además, es contradictorio que sea un conjunto que esté también muy bien trabajado defensivamente, le crean poquísimas ocasiones, y les hagan un porcentaje tan alto de goles. Esto último si debe ser cuestión de la diosa fortuna. Pues no se han visto fallos ni siquiera de los dos porteros, que han estado a un nivel sobresaliente en lo que va de campeonato. Por todo esto estamos ante un muy buen equipo, pero al que no le acompañan los resultados tanto como merecería.
Por todos estos antecedentes de unionistas y pacenses, quizás era un buen momento para evocar a aquel magnífico entrenador italiano, ya desaparecido, Enzo Bearzot. Cuando él sabía que su equipo estaba haciendo bien las cosas, pero nadie confiaba en ellos. Se enclaustró con su vestuario en la concentración en Vigo (Galicia), y convenció a su vestuario que estaban en el buen camino, que el mundial era muy largo y que las victorias llegarían. Bueno pues puso de capitán a Dino Zooff, el portero de la Juventus de Turín, con nada más y nada menos que 40 años de los de aquella época, convocó, en contra de todos, al pequeño delantero de la Vecchia Signora, Paolo Rossi y consiguió hacer unos últimos 4 partidos del mundial que quedarán para la historia. Ganando, abrochense, a la Argentina de Kempes y Maradona. Haciendo uno de los partidos para la historia de los mundiales frente a la Brasil de Zico y Sócrates, en el Estadio Sarriá de Barcelona, con un hat-trick antológico del pequeño pero matón, Paolo Rossi. Que meses antes había estado en prisión por relacionarlo con apuestas ilegales, cosa esta que nunca se pudo probar. Venció a Polonia en la semifinal. Y, en estadio Santiago Bernabéu de Madrid, hizo historia al ganar a la todopoderosa Alemania Ocidental, de Schuster, Breitner, Littbarski o Rummenigge, casi nada.
Bearzot, demostró que aunque los demás no crean, si tú crees en lo que haces todo llegará siempre a buen puerto. Pues mañana sábado, a las 19:00h. en el Estadio Municipal Reina Sofía, saltarán al campo dos conjuntos blanquinegros que deberán seguir creyendo en ellos mismos. Ya saben como acaba algo cuando se piensa y se actúa así: viendo levantar a un portero de 40 años, un 11 de julio de 1982, la copa del mundo para su país. Ahí es nada.