El Bayern Münich necesita ganar como hacia tiempo no le urgía. Con las labores ya hechas en la UEFA Champions League, el coloso bávaro se ve afectado por una discordia ajena al fútbol justo cuando se retoman los torneos de clubes. Con su visita al Dinamo Kiev como siguiente compromiso. Imponerse ante al ex equipo soviético le daría tanto el primer lugar del grupo E como le reengancharía a su principal objetivo: ganarlo todo.
La Covid-19 vuelve a escena
Lo que parecía un ambiente encandilado y con optimismo en el Bayern Münich parece erosionarse un poco. Todo comenzó con Kimmich alegando sus dudas con la vacuna contra la Covid-19, y ahora el jugador alemán, junto a Gnabry, Musiala, Choupo-Moting y Cuisance, está en cuarentena. Casi toda Alemania pasa por la misma situación. Mientras, desde la alta cúpula del equipo de Baviera toman medidas para asegurar que el campeón germano no sufra ningún percance. No otro más luego de la derrota sufrida contra el Augsburgo (2-1). Menos impensado en la competición de las estrellas por más clasificados que estén. «Nos servirá para reaccionar. Para nosotros sí es un partido importante», indicó Nagelsmann, primer afectado de los muniqueses en la realza del virus.
Más trascendental lo será para su rival del este de Europa. Un Dinamo Kiev que deberá dar fin a una racha extraordinaria del Bayern en la fase de grupos (24 citas invicto) si quiere mantener sus escasas chances de pasar a la siguiente ronda. No tener ningún gol a favor en la actual edición de la máxima competición continental (junto al Malmö) y sumar apenas 4 tiros a puerta en los mismos envites son mal presagio. No obstante, su reciente victoria (1-6) ante el Chornomorets Odesa, que le ayudó a recuperar el liderato de la Premier League, puede inspirar al campeón ucraniano. Aunque también puede serlo el hecho de recibir a un oponente de nivel estratosférico. «Es motivante jugar contra ellos. Vamos a darlo todo», apuntó Lucescu, que nunca ha ganado a los teutones.
Sin morder el polvo como pasajero
Precisamente, seis años después de haberse deshecho al Shakhtar Donetsk del rumano en los octavos de final de la Copa de Europa 14-15 (global 0-7), el soberano elenco teutón vuelve a Ucrania con la misma ambición. Ya lo demostraron endosándole una manita a los ‘Bilo-Syni’ que quedó corta. Buscarán mantener la sinergia, eso sí, con muchas ausencias (10) en su lista. A los mencionados que hacen confinamiento se unen Süle, Stanisic -positivos en Covid-19-, Sabitzer, Coman -tocados- y Upamecano -suspendido. Alivio para un Dinamo que, quitando a Besedin y Verbic, cuenta con su cuadro de gala. Quizás lo justo para intentar que su viejo enemigo repita las pesadillas que solía vivir en el Olímpico de Kiev, donde solo ha ganado una vez en su historia.
Aquel 1-4 con el que los germanos se impusieron en la liguilla de la Liga de Campeones 1994-95 marcó una brecha entre ellos y el Dinamo. Es más, terminó de romper el idilio del histórico equipo de la ex URSS en la máxima competición continental. Y es que de sus últimos 18 encuentros a las justas ganó en 2 ocasiones. Para nada comparable con la racha que ostenta a día de hoy su oponente bávaro: 20 duelos fuera de casa invicto (16 victorias y 4 empates). Todo un récord de la competición. Una diferencia sumamente abismal entre dos conjuntos que solían disputar duelos de máximas intensidad en Europa. Tomando como base esa superioridad, por más mermado que se encuentre, el Bayern apartarse de todo tipo de cuentas para ‘inyectarse’ esa dosis de victoria que le hace falta.
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