Era de sobra conocido el hecho de que pelearle la liga y seguir el ritmo de crucero del Madrid se antojaba complicado, pero es que a estas alturas ni un solo partido de los que quedan de la competición doméstica se antoja sencillo.
Parecía un día más, sin ningún tipo de anomalías, en el Sánchez-Pizjuán: el equipo de Lopetegui comenzaba a dominar el partido a través de la posesión y hacer que el Celta corriera detrás del balón, destacando a un Tecatito que parece que lleva más tiempo compitiendo que el resto de sus compañeros: juega a un ritmo superior a sus compañeros y no ha tardado ni tres partidos en ganarse su primera titularidad en el conjunto hispalense.
EN EL MINUTO 37 ESTALLÓ TODO
Como ya hemos dicho, nada se antoja sencillo y el Celta no dudó en aprovechar dos errores impropios del Sevilla (cometidos por Acuña y Ocampos) para poner el 0-2 en el marcador en el minuto 40 cuando todo iba según había empezado 4 minutos antes. La grada de Nervión se quedó ojiplática tras ver el remate de Cervi y la genialidad de Aspas y apreciar cómo el conjunto de Coudet había puesto tierra de por medio cuando el partido estaba siendo dominado, en parte, por los sevillistas.
El Celta se veía con la posibilidad de rascar los tres puntos en el feudo sevillista, pero una genialidad del Papu y un remate de Óliver con el alma de todos los que estaban presentes en el estadio de Nervión pusieron las tablas en el marcador a falta de 15 minutos para la conclusión del partido. Los goles denotan los momentos de inspiración que ambos equipos han tenido a lo largo del partido y las deficiencias defensivas de ambos equipos, algo relativamente habitual en el Celta de Coudet pero bastante inaudito en el de Looetegui, que a pesar de los goles encajados sigue siendo el equipo con menos goles en contra.
El empate deja a los de Lopetegui con 46 puntos, a 3 del Madrid, si bien es cierto que los de Ancelotti tienen un partido por jugar. El Celta, por su parte, se queda a 5 puntos de puestos europeos.