El infierno turco está de vuelta
Con un ambiente totalmente calcado a la era prepandemia, jugar en Turquía volvía a significar enfrentarse a una auténtica jungla. El público mantenía los decibelios a niveles ensordecedores pero si algo están acostumbrados en Valencia, y con las fallas recientes, es de estruendos sonoros con las mascletàs.
Aunque el Bursaspos empezó a un gran nivel físico, Valencia Basket fue igualando la intensidad con el paso de los minutos. Después de reponerse a las pérdidas iniciales, los valencianos consiguieron imponerse desde el poste bajo con Mike Tobey.
Sin embargo, el punto débil taronja estaría en la defensa exterior que permitía demasiada libertad de movimientos a los Andrew Andrews, Derek Needham, David Dudzinski o Onuralp Bitim. Por eso Joan Peñarroya recurrió a la dupla Víctor Claver – Xabi López-Arostegui para cerrar el aro. Así pues, Andrews sería protagonista de las últimas jugadas del primer cuarto al meter cinco puntos tras recibir el tapón del alero vasco. Le faltó poco para motivarse.
Dice @Xabi6lopez que su aro no se toca 💪
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Los exteriores americanos marcan la diferencia
Con el segundo cuarto empezó un intercambio de golpes acelerando el ritmo anotador. Jaime Pradilla volvería a desplegar toda su energía aunque se mostraba con dudas en los tiros libres fallando tres de sus primeros cuatro. Mientras tanto, Needham y Dudzinki continuaban con grandes porcentajes de tiro, de hecho el segundo consiguió sus doce primeros puntos sin fallo.
Del mismo modo que el joven aragonés, Jasiel Rivero sería un intenso gladiador bajo los aros. Los dos interiores taronja están demostrando ser de los más regulares de la temporada.
Una vez más, llegando a pensar de que es algo intrínseco a este equipo, la irregularidad taronja volvió a aparecer y un parcial de 0-10 ponía por delante a Valencia Basket después de muchos minutos. Un buen pick and roll entre Tobey y Klemen Prepelic obligaba a Dusan Alimpijevic a parar el partido con un tiempo muerto. Finalmente un 2+1 de John Holland daría la ventaja a los locales al llegar el descanso.
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Guillem Ferrando pone la pausa necesaria
El paso por vestuarios se le atragantó a Martin Hermannsson. El base fue cambiado a los tres minutos con tres pérdidas con un -6 de valoración. No está en un buen momento de forma el islandés cuando más le necesita su equipo con las bajas de Nenad Dimitrijevic y Sam Van Rossom.
Con sus altibajos, Valencia Basket supo matener la calma necesaria para ir reponiéndose de todos los contratiempos. Guillem Ferrando aportaríá buenos minutos en defensa pero Louis Labeyrie seguiría en un bajón de forma que dura demasiados partidos.
Así pues, ambas defensas iban perdiendo la batalla contra los ataques. La circulación de balón en los dos lados de la cancha era muy fluida y los contraataques eran constantes. En ese escenario, Prepelic brillaría liderando a su equipo cuando quemaba el balón. Del mismo modo, Bojan Dubljevic se activaría en ataque aprovechando sus movimientos en la zona contraria. Gracias al juego colectivo, los taronja se irían por delante al último cuarto con una mínima ventaja de dos puntos. La grada turca no paraba de animar y cantar. No iba a ser nada fácil el último parcial.
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Andrew «Jordan Andrews
Ferrando continuó con buenos minutos a pesar de verse obligado a sostener una presión y responsabilidad que no le correspondería en una planificación más acorde a los objetivos establecidos por el club. Por el otro lado, Andrews cogería el testigo anotador de su equipo y empezaría a ver la canasta como una piscina olímpica. Toda la temporada, Valencia Basket ha tenido muchos problemas para detener este perfil de exterior estadounidense.
Los aficionados turcos daban un empujón extra de moral a su equipo y los balones divididos acaban en sus manos gracias a esa mayor intensidad. En ese apartado, los jugadores de Valencia Basket estuvieron demasiado pasivos. Mientras, Andrews seguía en modo MVP en el último cuarto.
Valencia Basket remaba a contracorriente con Xabi y Rivero como capitanes del barco. El propio Xabi robaría un balón vital a falta de 25 segundos pero Prepelic fallaría un triple, quizás demasiado precipitado pero es el estilo del esloveno.
Andrews no fallaría sus tires y la jugada de Peñarroya no saldría. Rivero fallaría bajo el aro sin que los colegiados pitaran falta. Hayes metería solo el segundo y con cuatro de desventaja Peñarroya volvería a recurrir a la pizarra.
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