Si hoy ganaba, el Mirandés podría lograr la permanencia matemática (ya lo está virtualmente) y encadenaría su cuarta temporada consecutiva en Segunda División. Por su parte, el Real Valladolid jugaba para meterse en zona de ascenso directo a Primera División. Se colocaría segundo a falta del partido Almería-Sporting de mañana.
El partido empezaba de cara para el conjunto blanquivioleta que no tardó en adelantarse en el marcador. Apenas tres minutos necesitó el Pucela para adelantarse en Anduva. Error en la salida de los locales, combinación entre Gonzalo Plata y Mochu, centro raso del ecuatoriano al primer palo donde apareció Aguado para adelantarse a Jorge Sáenz y sorprender a Lizoain. No se vino abajo el Mirandés que tuvo el empate poco después pero se estrelló en el larguero. Vaya zapatazo se sacó Bruguédesde fuera del área que a punto estuvo de superar a Masip. Solo el travesaño evitó el 1-1.
Gran inicio de partido con dos equipos ofensivos, que querían jugar el balón y buscaban el gol sin especular. De hecho volvió a tener el Mirandés otra ocasión que se estrelló en el palo. Segundo remate al palo del atacante del Mirandés Brugué. Esta vez tiró al palo después de una buena jugada colectiva de los locales. Y como no hay dos sin tres, poco después de nuevo ocasión al palo de los jabatos. En esta ocasión fue Rodrigo Riquelme quien se encontró con la madera. Chutó desde fuera del área y el palo evitó de nuevo el empate del Mirandés.
Seguía apretando el Mirandés. Entre Camello y Riquelme estaban sacando provecho de las pérdidas de balón del Valladolid, pero el gol se seguía resistiendo. De hecho al filo del descanso fue Masip el que evitó el gol. Ni se lo pensó Camello para disparar a la media vuelta desde la frontal. Un balón que iba a la misma escuadra. Pero apareció la mano salvadora de Jordi Masip para mandar la bola a córner. El Valladolid se marchaba a vestuarios ganando 0-1 y de milagro.