La penúltima jornada de la Primera Iberdrola empezaba para los dos equipos unos minutos antes de las 12:00 horas. El equipo Ché neceistaba sumar, al menos, un punto para garantizar matemáticamente su permanencia en primera división. Mientras que, al Real Madrid le urgía ganar a domicilio para hacer más cómoda su lucha por la tercera plaza y la consecuente posición de Champions para la próxima temporada.
Primera Mitad: El Real Madrid domina, pero no se impone
Desde el primer minuto el equipo blanco, que hoy vestía de azul turquesa, mantuvo una alta presión arriba. Las atacantes estaban constantemente en el campo rival y mendiante todo tipo de pases, subían líneas y creaban ocasiones de peligro.
La primera parte del Valencia CFF fue pasiva y hasta el minuto 25 el equipo no tuvo su primera ocasión. Las locales no encontraban la manera de mantener la posesión ni la tensión en defensa, pero la mala fortuna de cara al gol de las delanteras blancas hizo suspirar a las gradas en diversas ocasiones. La actuación de Athenea del Castillo fue imprescindible a la hora de dinamizar las jugadas, quién junto a Lucía Rodríguez, controlaron toda la banda derecha. El larguero cobró protagonismo en un par de ocasiones, cuando rechazó dos intentos de Olga Carmona y Esther González que, aunque insistente, no logró verse cara a cara con el gol.
La afición visitante no dejó de animar a las suyas, a pesar de la mala fortuna, con vítores y aplausos, cada vez que el Real Madrid tenía una interesante oportunidad de gol.
Segunda Mitad: El Valencia CFF toma el control del tiempo
Tras el descanso, el equipo Ché retomó el partido con otra filosofía. Las locales estaban más atrevidas en ataque, pero manteniendo el equilibrio con la defensa y su guardameta. Una Enith Salón que mucho tuvo que ver en la permanencia del empate hasta el final del partido. Sus encontronazos con Esther y Asllani fueron claves para no romper las tablas y frustrar, de esta manera, a las atacantes madridistas. Que cada vez veían más difícil adelantarse en el marcador.
Las blancas lo intentaron de mil y una formas. Desde con centros y combinaciones entre Zornoza, Olga y Athenea, hasta con internadas individuales de Asllani buscando sorprender.
Sobre el minuto 80, en el césped se respiraba la tensión, el Real Madrid necesitaba adelantarse. Pero, balones que no veían portería, algunos pases poco coordinados y, nuevamente, la labor del larguero, evitaron que el Real Madrid se impusiera, a pesar de su dominio. Aunque la tensión perduró hasta el final. En el minuto 87 Esther tuvo la última en sus botas con un disparo que ni se acercó a los tres palos y que acabó de frustar a la granadina.
Los parones también fueron un elemento a destacar en el partido, tanto que, incluso la portera local vio la cartulina amarilla por perder tiempo. Algo que en las gradas, los aficionados blancos criticaban satíricamente, contando los segundos que la guardameta tardaba en sacar de portería, durante los 6 minutos que se añadieron de descuento.
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