El Real Betis recibÍa al Valencia en la trigésima octava en un partido en el que el único que se jugaba algo era el cuadro ché. Y no se jugaba cualquier cosa, se jugaba la vida en el Benito Villamarín. Los blanquinegros llegaban a este envite final con una alta probabilidad de salvarse pero debían puntuar si no querían sufrir de más ni depender de los resultados de sus rivales por la salvación.
Entró el conjunto valencianista al Benito Villamarín con la necesidad de aislarse del homenaje a Joaquín y mostrar que se jugaba mucho más que su rival. Pero nada más alejado de la realidad. Los locales se adelantaron en el primer minuto de partido con un tanto de Ayoze Pérez que ganó el duelo por velocidad a Thierry Rendall y Diakhaby. El peor de los escenarios apareció en Sevilla en el comienzo de partido.
Intentó reaccionar el equipo de Baraja y enseñó los dientes por el área del Betis. Lo hizo primero con un gol anulado de André Almeida y un flojo remate de Lino a las manos de Claudio Bravo. El guardameta chileno también despejó otro tiro de Almeida ,mientras que Javi Guerra se quedó cerca de marcar un golazo desde la frontal que salió cerca de la escuadra derecha.
Tras el paso por vestuarios, el Valencia CF necesitaba un gol para respirar ante un Betis que estaba de fiesta y apenas sufría. Sin embargo, la vuelta al césped durante los primeros minutos no auguraba ninguna mejoría. De hecho, las ocasiones eran para los locales que merodeaban el área de Mamardashvili poniendo en evidencia a la defensa ché.
El Valencia necesitaba alguna modificación y Baraja dio entrada a Foulquier y Marí por Thierry Rendall y Samuel Lino.Los chés parecían ver cerca la salvación cuando Alberola Rojas pitó un dudoso penalti, que fue revisado por el VAR y finalmente anulado por el propio colegiado. En el 70′, el Valencia respiró otra vez gracias a uno de los grandes héroes de la salvación del Valencia. Diego López marcaba el 1-1 en un mano a mano contra Bravo, previo pase de Nico González. Otra vez un chaval del filial, otra vez Diego López.
Sin embargo, el Valencia en lo que fue un retrato de lo que ha sido toda la temporada, volvió a complicarse la vida sin ningún motivo. Yunus Musah cometió una temeridad y vio la roja directa por una dura entrada sobre Édgar. Roja clara. Guillamón entró desde el banquillo por Almeida para ayudar a defender los últimos minutos que restaban. Finalmente, el Valencianismo pudo respirar tranquilo cuando se terminó el partido entre Elche y Cádiz. Se confirmaba la salvación del Valencia El resultado no se movería más en el Villamarín y el Valencia será equipo de primera división el año que viene.