A pocos días de que el nuevo Villarreal empiece a andar las dudas existen sobre el conjunto de Quique Setién, por el que la directiva decidió apostar y dar continuación a lo visto en el final de la temporada pasada. Sin ser algo alarmante debido a que no han sido partidos oficiales donde los resultados hayan perjudicado al equipo, pero lo cierto es que las sensaciones del equipo han sido malas que junto a la salida de jugadores importantes añaden un punto de tensión de cara a la primera jornada.
Los goles encajados, el principal problema
Partiendo de que ganar un partido de siete en la pretemporada no es la mejor noticia posible, lo realmente preocupante es la diferencia de goles en algunos partidos donde el equipo se vio claramente superado por alguno de los rivales. Al principio de la pretemporada sufrió dos derrotas contundentes y la única victoria cosechada también con contundencia, resultados que se podían esperar debido a la difícil adaptación de la vuelta a los partidos contando entre otras cosas con la adaptación de los nuevos fichajes. En el segundo tramo de la pretemporada las sensaciones no han mejorado con dos derrotas amplias y dos empates, ante equipos de nivel mayor.
El balance del equipo es de 6 goles a favor y 17 goles en contra en estos partidos de preparación que ilustran que el principal problema a subsanar de cara a la liga es el aspecto defensivo donde es cierto que las múltiples bajas en defensa y en otras posiciones ha obligado mucha participación del filial en zona defensiva. Por último cabe destacar que aunque hay jugadores fijos, no se ha podido ver un once definido en los últimos amistosos que suele dar pistas habitualmente en las pretemporadas.