Hubo un tiempo, hace no mucho, en el que una medular reinaba por Europa. Un centro del campo que dominó el viejo continente durante tres años consecutivos en los que el Real Madrid levantó La Orejona tres veces, sentando un precedente que nunca antes se había conocido en la historia del fútbol.
Una medular que escribió sus grandes gestas con letras doradas en la historia del fútbol. Y como todo el mundo sabe, estaba compuesta por Casemiro, Kroos y Modric. Un centro del campo que, al final del día, no era más que tres amigos que disfrutaban haciendo magia con la redonda. Y de paso, conformaron el centro del campo más exitoso de la historia del conjunto blanco. Pero como siempre ocurre en la vida, todo tiene un principio y un final.
Una medular histórica que queda en un mero recuerdo
Curiosamente, fue el más joven de los tres el que se encargó de disolver este mítico tridente. Y es que en el verano de 2022 Casemiro puso rumbo a Mánchester dejando 80 millones de euros en las arcas blancas, siendo consciente de que en el conjunto blanco ya había conseguido todo lo que un deportista puede soñar. Y más aun teniendo en cuenta la fuerte apuesta del club por Aurelién Tchouaméni.
La irrupción de Camavinga y el fichaje de Bellingham parecía dar por sentado el relevo generacional con el que el Real Madrid había logrado una dulce transición para decir adiós al que ha sido el mejor centro del campo de la historia del club. Sin embargo, Kroos y Modric no parecen estar conformes con su asombroso palmarés.
A finales de la temporada pasada, croata y alemán renovaron por un año más su contrato con el conjunto blanco, una noticia que todo el madridismo se tomó como una gran noticia, que les permitiría a ambos despedirse por la puerta grande en el nuevo Santiago Bernabéu. Pero, sobre todo, hacerlo como lo llevaban haciendo desde la llegada del teutón a la capital: juntos sobre el verde.
Sin embargo, tras menos de dos meses desde que arrancasen las competiciones oficiales, parece evidente que será complicado volver a verles conformar esa mítica medular con la que hicieron historia. No solo porque ahora ambos, especialmente Modric, cuenten con un rol secundario, sino porque, según parece, para Carlo Ancelotti, ambos futbolistas ya no son compatibles en las grandes citas.
Algo que se observó en el encuentro en el Cívitas Metropolitano, donde el conjunto blanco fue arrollado sobre el césped en la primera mitad con ambos futbolistas sobre el césped. Y es que en un fútbol cada vez más físico, apostar por su calidad en detrimento del poderío de otros como Valverde, Camavinga o Tchouaméni, no parece una opción viable.
Esto también quedó evidenciado en la victoria en el Estadio Diego Armando Maradona, en el que el conjunto blanco se impuso al campeón italiano con Toni Kroos formando parte del once titular. A pesar de ser uno de los mejores sobre el césped, cuando Luka Modric entró al partido, fue en sustitución del alemán, siendo una clara demostración de que será difícil volverlos a ver jugar juntos en una gran cita.
Todo puede cambiar, es cierto, pero Carletto parece haber comprendido que no puede renunciar a la presencia física en la medular de otros futbolistas para dar cabida a la indudable calidad de estos dos bastiones al mismo tiempo. Y con ello, todo parece indicar que será el último año de blanco de ambos. Y puede ser que se despidan al mismo tiempo, pero para tristeza de muchos, no lo harán sobre el césped. Lo harán juntos, pero no revueltos.