Arrancaba el encuentro con un Valencia plagado de jugadores jóvenes contra el Logroñés en un partido y un estadio que se respiraba puro futbol desde los prolegómenos.
Primera parte: sin nada ni de uno ni de otro hasta los minutos finales.
Sería el Valencia que comenzaba más activo de la mano de Hugo Gónzalez que tendría en sus botas en el minuto dos de partido el uno a cero, pero una mano de Alex Daza evitaría que esto ocurriera.
Trascurrían los minutos las Gaunas con posesiones alternativas para unos y otros sin acabar de amenazar con ocasiones ninguno de los conjuntos las porterías rivales.
Se paraba el partido a la media hora por un percance con uno de los jugadores del conjunto local que se marchaba por su propio pie, al tiempo que sus compañeros y rivales aprovechaban para darse un respiro.
Al filo de la primera parte llegaba en varias oleadas el conjunto riojano, aunque la más clara antes de finalizar la primera parte la tendría Canós para el Valencia que acabaría su tiro rozando el arco que defendía Daza.
Y en el tiempo de añadido del primer tiempo en una jugada con muchos rebotes aparecía de segunda línea Pablo Gozálbez para poner el primero para el Valencia en las Gaunas.
Segunda parte: cayó del lado valencianista
A la vuelta de vestuarios ambos conjuntos volverían a tantearse con imprecisiones y cambios de posesión, siendo cierto que en los primeros minutos el Valencia comenzaba llegando con más claridad.
Comenzaba a carburar el equipo de Baraja con mas ocasiones con los rivales en la que, hasta dos veces tuvo para meter tierra de por medio, la primera con un remate al poste de Fran Pérez y la segunda con un remate que se sacó bajo palos.
Con estos avisos, el Logroñés, lejos de doblegarse aún llegaría en sendas ocasiones a la portería valencianista sin obligar a Jaume a grandes esfuerzos, pero metiendo miedo a un Valencia que conforme avanzaba el partido iba introduciendo primeras espadas en el campo.
Y con la calidad en el terreno de juego en una bonita jugada trenzada por los chavales valencianistas, a pase del primer goleador de la noche, Gozalbez, marcaba Diego López prácticamente a placer.
Se acababa así un partido en el que al Valencia parecía que se le atragantaba pero que acabaría sacando con relativa holgura y con un ambiente sensacional en las Gaunas con dos aficiones hermanadas en el años 1986.