El Real Madrid sumó una importante victoria ante un equipazo como es Maccabi Playtika Tel Aviv. Un duelo marcado por los ataques, con los dos equipos pasando los 100 puntos, y que mantiene a los blancos al frente de la tabla en la Turkish Airlines EuroLeague.
Libra por libra, se medían dos de las mejores plantillas de Europa. Con el Real Madrid teniendo que levantar la mala imagen de la derrota del partido de Liga Endesa ante Dreamland Gran Canaroa, los blancos salieron enchufados y marcando rápidamente el tono del partido. De hecho, Maccabi Playtika Tel Aviv sólo conseguía sumar puntos desde el tiro libre en los tres primeros minutos.
Ofreció Maccabi Tel Aviv una defensa de espacios 2-3 para intentar barrer para casa y cambiar el timón del partido, pues el 14-8 presagiaba que los israelitas aguantaban el empujón, pero no se podían relajar. Sin defender nada, los pupilos de Oded Kattash aprovechaban las pérdidas del Madrid para seguir vivos en el partido. Sólo un arreón final en el último minuto de cuarto permitía respirar a los blancos con el 29-18.
Maccabi tenía como prioridad el ataque, sin querer defender, y castigando cada pérdida del Real Madrid. Además, la irrupción en partido de Wade Baldwin IV, que en un suspiro pasó de los diez puntos castigando la defensa de Rudy Fernández, cambió la inercia del partido junto al rebote ofensivo de Josh Nebo, dominador en la pintura sin la presencia de Vincent Poirier. A cinco minutos del descanso, 38-30.
Sumando a base de triples, las tornas cambiaron. Ahora el Real Madrid el que había caído en la zozobra, sin ser duros en ningún lado de la pista. Una situación que cambió tras tiempo muerto de Chus Mateo, y que espabiló a los blancos. Más duros de cara al aro, sólo Bonzie Colson evitaba que la distancia fuese mayor del 52-45 que brillaba en el luminoso del WiZink Center.
👌 ¡Qué canastón, @yabusele28! 👌 pic.twitter.com/DvmoJRbN0N
— Real Madrid Basket (@RMBaloncesto) January 30, 2024
Recital anotador de NBA
Bolzie Colson estaba siendo un problema para el Real Madrid. El alero, anotando fácil, y la agresividad con la que había salido al parquet del WiZink Center el Maccabi Playtika Tel Aviv complicaban la vida a los blancos, que aguantaban a duras penas los arreones macabeos y la pugna incesante de cada balón al rebote de Josh Nebo. Con esa subida de intensidad se tradujo el 65-59 tras cinco minutos.
En ese caos que quería proponer el Maccabi Tel Aviv sacó rédito el equipo de Oded Kattash. El partido totalmente descontrolado y con los niveles de contacto in crescendo sólo beneficiaban a un equipo, el que iba por debajo. Los israelíes defendían duro, castigaban cada error blanco, eran agresivos y estaban muy atinados en el triple; todo esto, ejemplificado en un James Webb III que estaba siendo de los más destacados sin parecerlo. Mario Hezona salvó la papeleta para dejar el marcador en el 80-73 entrando al último cuarto.
El Madrid volvió a coquetear con los diez puntos de ventaja gracias a las buenas defensas de Guerschon Yabusele y un Sergio Rodríguez que apareció de actor inesperado. Y es que desde la defensa crecieron los blancos ante un Maccabi al que pareció habérsele acabado la gasolina. Esto, sumado a su desesperación, llevaban el marcador del 80-73 al 91-78 en apenas tres minutos de último cuarto. Un par de técnicas a Colson y Wade Baldwin IV despertaron a ese tigre interior para apretarlo todo en el 91-87 a cinco minutos del final.
Se lo creyó Maccabi Playtika Tel Aviv, apretando de forma constante en el marcador al Real Madrid. El partido se convirtió en un correcalles, pero en eso los blancos son muy buenos. Los tapones de Vincent Poirier, la fuerza de Yabusele… Era demasiado para los israelíes. Hasta que apareció Lorenzo Brown, en blanco en la anotación hasta los últimos diez minutos.
Los minutos de calidad de Brown, unido al incombustible Baldwin IV, hicieron peligrar una victoria que parecía atada al colocarse 100-98 a falta de un minuto. Pero de nuevo, esa casta y ese oficio que tanto ha lucido en la historia moderna el Real Madrid, fueron el aval que necesitaron los pupilos de Chus Mateo para mantener la cabeza fría y cerrar el partido desde el tiro libre y la defensa en el 106-101.