Rubén “El Pipo” Baraja hace un año que fue firmado como entrenador del club junto con Carlos Marchena para tratar de salvar la situación deportiva después de que Gattuso saliera espantado y Voro se viera superado.
Llegaba sin el mejor de los carteles, es más, para el director deportivo no era ni la primera opción, pero sabía muy bien donde llegaba, y el club sabia que lo que firmaba era más que un entrenador, era una leyenda.
Junto con Marchena, otra leyenda, se armaron de valor para sacar a un equipo del pozo futbolistico y emocional, un pozo que con el paso de las jornadas parecía acercarse; las derrotas contra el Sevilla, Cadiz, Mallorca o Getafe, entre otros, dejaban tocado al equipo.
Pero, por contrapartida con las victorias frente al Madrid, Valladolid con el gol de Guerra, Celta o los empates frente a Espanyol y Betis, hicieron salvar la papeleta de la temporada 22/23.
La apuesta por los chavales y resultados, le valieron para renovarlo por dos temporadas, más una opcional, y la verdad es que ahora visto con perspectiva parece fue la mejor decisión pues el equipo con menos armas ha pasado de la parte baja a la parte media de la tabla.
Al ‘Pipo’ le queda mucho trabajo, pues no solo tiene que armar un equipo cada semana como le correspondería a un entrenador normal, sino que le toca pelear contra Meriton, y sus trabajadores, que están desangrando al club.
Numeros
Visto esto, sus números como entrenador del Valencia hablan por si solos y es que lleva más victorias que derrotas, en concreto su porcentaje de victorias es de 42,22% en el año que lleva.
En total lleva 45 partidos, desglosados en diecinueve victorias, nueve empates y diecisiete derrotas; y yendo al balance ataque defensa, lleva cincuenta y un goles marcados frente a los cincuenta y dos encajados.
Extrapolando esto a esta temporada: lleva veintiocho partidos disputados, veinticuatro en liga y cuatro en Copa del Rey, donde ha acumulado trece victorias, diez derrotas y cinco empates.