El defensa David López, pieza clave para el técnico del Girona, Míchel Sánchez, señaló este jueves en rueda de prensa que lo que está viviendo esta temporada su equipo es sorprendente y que verlo pelear con el Real Madrid, el Barcelona y el Atlético de Madrid da «un poco de vértigo».
El central señaló que clubes como el Athletic Club, la Real Sociedad o el Betis «llevan unas temporadas espectaculares y no se han acercado a lo que está haciendo el Girona», pero también remarcó que el vestuario debe mantener el foco en el trabajo del día a día y mantener la «constancia» hasta al final de temporada.
«De aquí al final la tónica será intentar hacer números y cábalas. Es lo más normal del mundo, pero el vestuario se tiene que centrar en sus partidos y nada más», reivindicó David López, quien insistió en que si el equipo comienza a fijarse en los encuentros de sus rivales empezará «a sufrir».
En este sentido, argumentó que «todavía quedan 12 jornadas» y avisó de que hoy en día si se baja el rendimiento «te gana y te pasa por encima cualquier equipo».
En el plano personal, celebró las «buenas sensaciones» que sintió en la victoria del lunes contra el Rayo Vallecano (3-0), que supuso su regreso a los terrenos de juego después de dos meses de baja por lesión.
El defensa se lesionó en el partido ante el Betis del 21 de diciembre (1-1) y este jueves contó que tenía molestias, pero decidió «arriesgar un poco» porque justo después llegaba el parón y ya tendría tiempo de recuperar, porque acababa de renovar hasta 2026, era «un partido atractivo» y por el excelente momento personal y colectivo.
Admitió que de haber sabido que forzar tendría consecuencias no lo habría hecho: «Fueron momentos difíciles a nivel mental porque te culpas, pero por suerte quedará como una anécdota y una experiencia porque ya ha pasado».
David López también dio por «cerrada» la polémica por las declaraciones en el descanso del duelo ante el Almería del mes de octubre en las que aseguraba que el árbitro Ortiz Arias era un prepotente y faltaba al respeto a los jugadores.
El central fue sancionado con cuatro encuentros y este jueves admitió que el castigo le molestó «muchísimo», después de lamentar que es un asunto en el que tiene que vigilar mucho con todo lo que dice.
No obstante, afirmó que tenía la opción de seguir recurriendo y que tiene «toda la razón del mundo, pero lo más razonable e inteligente era pasar página y olvidar el tema».