Desde hace ya varias semanas, la situación parecía insostenible, y lo que era un secreto a voces se ha confirmado: Arda Güler ha pedido una salida del Real Madrid de cara a la próxima temporada, debido a la falta de oportunidades que está teniendo en su primera temporada en el Santiago Bernabéu.
Primero, a pesar de un talento que nadie puso en duda, las lesiones lo alejaron de los terrenos de juego. Pero desde su recuperación, no ha contado en ningún momento en los planes de Carlo Ancelotti, ni siquiera como revulsivo en busca de sumar efectivos a la causa de cara al momento clave de la temporada para el conjunto blanco.
La suplencia en Mallorca, la gota que ha colmado el vaso
Si bien es cierto que el técnico italiano cuenta con un núcleo duro de futbolistas que, por lo general, conforman el once inicial de Carletto casi todos los partidos. Pero la realidad es que mientras que la mayoría de jugadores de la plantilla cuenta con algunos minutos, el turco ha sido condenado al ostracismo por Ancelotti, en una situación que pocos comprenden. Ni siquiera en el encuentro frente al Mallorca, en el cual el italiano rotó a la mayoría del equipo en busca de un necesario descanso de cara a la ‘finalísima’ del Etihad, jugó un solo minuto.
Y es que no ha sido la falta de intensidad o de ganas de demostrar cosas de Güler lo que le ha llevado a esa situación. Su impresionante cambio físico y sus actuaciones sobre el césped apuntan a un futbolista con ganas de hacerse con un hueco en las rotaciones habituales en el once del conjunto blanco.
En los apenas tres ratos que ha estado sobre el césped, ha tenido tiempo para hacer su primer gol en el Santiago Bernabéu, provocar un penalti en apenas tres minutos en el encuentro frente al Girona, y estar cerca de marcar un gol histórico desde el centro del campo en El Sadar. Tales han sido las sensaciones que la perla turca ha dejado sobre el verde, que nadie entiende el exilio al que el turco ha sido condenado.
Una petición que no pilla por sorpresa ni a Ancelotti, que está de acuerdo con la petición de Arda, ni a la directiva blanca, que no ve con malos ojos una salida, pero con condiciones. El club comenzará a trabajar este mismo verano en una salida, que en ningún caso será una venta o una cesión con opción de compra: será una cesión sin opción de compra por uno o dos años, en una operación similar a la que se realizó con Martin Ødegaard.
El objetivo no es otro sino el de brindar al futbolista la progresión que necesita a sus 19 años, y que, al menos en estos primeros años en la élite del fútbol europeo, tendrá que darse lejos de Madrid, dada la enorme competencia que tiene en la zona ofensiva con futbolistas como Vinicius, Rodrygo o Brahim… O lo que está por llegar el año que viene, con Mbappé y Endrick en el horizonte.