Que el desempeño de Kylian Mbappé en su primer medio año de blanco no ha sido el esperado por todos los que llevaban siete años esperando su fichaje por el Real Madrid es tan cierto como que las expectativas sobre su fichaje eran prácticamente imposibles de cumplir. Y es que el aterrizaje del francés en La Casa Blanca ha estado repleto de claroscuros.
Tras siete años de vaivenes, el francés aterrizó en un Real Madrid que hacía poco más de 24 horas había levantado en Wembley La Decimoquinta Champions League que adorna las vitrinas del Santiago Bernabéu. Un Real Madrid que hace tan solo dos años lo consideraba la piedra angular de su proyecto, pero que en pleno 2024 se encontró con estrellas ya consagradas como Vinícius Jr. o Jude Bellingham.
Un compendio de cosas, sumado a la enorme presión de llevar ese escudo en el pecho parecen haber sido motivos suficientes para que Mbappé no haya demostrado aún esa versión de un futbolista absolutamente dominante en lo relativo a velocidad, potencia, definición y clase. Y su hat-trick en la final del Mundial de Qatar era la demostración del enorme crédito con el que contaba un futbolista generacional.
Tan real es el crédito que Kylian ha logrado con el paso de los años como el hecho de que su primera vuelta con la camiseta blanca no ha estado a la altura. No tanto en cifras como sensaciones. Partidos como el de Anfield, complejos, en los que Mbappé estaba llamado a ser la estrella que resolviese los encuentros que se le complicaban al Madrid, ejemplificaron a la perfección el hecho de que Mbappé estaba lejos de ese futbolista que casi ganó una final de todo un Mundial él solo.
No obstante, si echamos un ojo a los números, la realidad parece bastante distante de esto que contamos. Con 14 goles a 29 de diciembre, ocupa la cuarta plaza en la clasificación del pichichi. Números que se alejan de sus cifras goleadoras habituales, pero que, aún así, no son ni de lejos malas cifras. Sí para un futbolista de su calibre, pero no a nivel global.
Por poner en contexto, durante su primera temporada de blanco, Cristiano Ronaldo, máximo goleador de la historia del Real Madrid, a estas alturas del año había sumado un total de 13 dianas. Una menos que el francés. Es cierto que el portugués a estas alturas había disputado 16 partidos por los 23 que ha jugado Mbappé, pero es un fiel ejemplo de la compleja adaptación a todo un Real Madrid, incluso para el máximo goleador de la historia del fútbol.
Durante las últimas jornadas, Mbappé ha mostrado signos de evidente mejoría, y su exhibición ante el Sevilla, con golazo incluido, es tan solo una pequeña muestra de todo lo que esperaba Florentino Pérez cuando firmó al francés después de todo lo ocurrido. A la conclusión de su primera temporada con la camiseta blanca, Cristiano cerró la campaña con unas cifras de 33 goles y 10 asistencias. ¿Podrá Mbappé alcanzar los números del mejor jugador de la historia del Real Madrid?