Sin paliativos. El Real Madrid vivió un esperpento la pasada noche en el Emirates ante el Arsenal y pone en peligro su continuidad en su competición fetiche, la Champions League. Declan Rice, con los dos primeros goles de su carrera deportiva de falta directa, y Mikel Merino, con un trallazo, tumbaron al equipo blanco y situaron al campeón de Europa con pie y medio fuera de las semifinales. Hará falta un milagro, el enésimo y quizás el más grande, para que el Real Madrid se clasifique para la siguiente ronda.
Y es que la temporada del Real Madrid está siendo una montaña rusa de emociones, pero para mal. Aún cuando gana, no convence y en la competición en la que es el rey ha vivido una situación que no vivía hace 16 años. El conjunto blanco se ha quedado sin marcar en sus dos últimos partidos de Liga de Campeones, algo que no ocurría desde 2009.
El equipo madridista se ha quedado sin ver portería en sus dos últimas salidas en esta competición. No hizo gol contra el Atlético de Madrid en la vuelta de octavos de final en el Metropolitano donde perdió 1-0 y terminó pasando de ronda por penaltis. Y tampoco ha marcado este martes en Londres contra un Arsenal muy superior.
El Atlético de Madrid-Real Madrid de la vuelta de octavos de Champions League en el Metropolitano se esperaba intenso y disputado y la realidad superó cualquier expectativa. Los rojiblancos se igualaron la eliminatoria a los 30 segundos, pero ni uno ni otro fue capaz de decantar la balanza en el tiempo reglamentario ni en la prórroga. Todo se decidiría en la tanda de penaltis cayendo cara para el conjunto blanco.
Una polémica tanda de penaltis ya que cuando el Metropolitano ya celebrada el gol de Julián Álvarez desde los once metros, el VAR anuló el tanto del argentino porque se resbaló y tocó dos veces el balón. Luego apareció Rüdiger para con frialdad anotar y meter al conjunto blanco en unos cuartos de final donde le esperaba el Arsenal.
Un Arsenal que anoche se mostró mucho más superior y no dio opción a un Real Madrid que volvió a no ver puerta. Dos partidos consecutivos sin gol. Como decíamos algo que no le pasaba en Liga de Campeones desde la temporada 2008/2009 cuando el equipo de Juande Ramos se quedó sin marcar ante el Liverpool en la ida y en la vuelta. 0-1 en el Santiago Bernabéu terminó la vuelta y el resultado en Anfield fue de 4-0 a favor del equipo inglés.
El de ayer fue un duro golpe que viene a ser ‘la guinda’ de una mala temporada que puede dejar al Real Madrid sin títulos ya que LALiga peligra, en Copa se verá las caras con un Barça que a todas luces, los números no mienten, es mejor que los de Carlo Ancelotti, y una Champions de la que, salvo milagro, se despedirá la próxima semana sin pena ni gloria.