El Real Madrid quedó retratado en la noche del martes en Londres ante el Arsenal. Los blancos están viviendo una temporada para el olvido y ni la Champions es ya su remanso de paz. Hacía tiempo que el conjunto blanco no se llevaba un golpe tan duro en Europa. Los de Mikel Arteta golearon 3-0 a los madridistas que tendrán que conseguir un milagro en el Santiago Bernabéu.
Las cosas no van bien en el Real Madrid empezando por el banquillo. Ancelotti está tremendamente cuestionado y con su futuro en el aire. Su planificación ante el Arsenal y su empecinamiento en poner a las estrellas cuando a veces jugando juntas se han más mal que bien lo dejan como el gran señalado no solo del partido si no de la que puede ser la peor temporada blanca al peligrar todos los títulos.
Precisamente el míster es un gran defensor de uno de los jugadores más cuestionados anoche y a lo largo de la temporada. El madridismo está ya cansado y así se lo hizo saber el pasado fin de semana en el Santiago Bernabéu con sus pitos. Hablamos de Vinicius. Apagado. En ataque, Vinícius vivió una noche para el olvido. Incapaz de marcar diferencias, su participación se limitó a esfuerzos sin claridad ni precisión.
Decide mal en una contra muy ventajosa con un pase fallido a Mbappé. Tiro ligeramente desviado en una llegada en la que también pudo elegir mejor, con Alaba doblándole para ganar posición de pase. . Pases a la nada, arrancadas sin sentido, cero actitud defensiva… No se presentó al Emirates y una vez más en un partido decisivo donde el equipo lo necesita, brilla por su ausencia.
Alaba seguramente fue uno de los nombres de la noche al ser elegido para estar en el once titular y la decepción fue máxima. Saka se le marchó en alguna ocasión, pero pocas. El problema es que una de ellas fue la inocente falta que cometió en la frontal del área, algo que no puede hacer un futbolista de su veteranía. Un error que salió caro.
Camavinga, por su parte, volvió a mostrar la irregularidad que le caracteriza esta temporada con el Real Madrid. Atravesó momentos de jerarquía y calma, pero de golpe y porrazo, sufría chispazos que le hacían protagonizar varios minutos de descontrol y errores que culminaron con una expulsión para borrarse de la búsqueda de la remontada en el Santiago Bernabéu.
Borrarse parece que se borró Rodrygo, uno de los más ausentes en el Emirates. Su actuación fue demasiado discreta para lo que necesitaba el equipo, no hubo pase al frente. Apenas protagonizó arrancadas desde la banda, no se le vio internándose y los disparos lejos, resultaron inofensivos.
Mbappé no hizo un partido catastrófico, pero estuvo fallón algo que no se puede permitir cuando se espera que se eche el equipo a los hombros. Sí ayudó mucho en la creación, ejerciendo como mediapunta más de lo habitual, pero dentro del área no tuvo su noche y ahí es dónde se le necesitaba.
Analizando uno por uno habría mucho más que decir en un duelo en el que pocos se salvan y el más destacado, a pesar de encajar tres goles, fue Courtois. Suspenso general de un equipo que ve peligrar LaLiga, que se jugará la Copa ante un Barça que, mirando los números, es a todas luces mejor y que ve como la Champions peligra en una temporada que podría quedarse en blanco y ser el adiós de algunos que parecían intocables.