Mientras Verstappen se dirigía a una victoria impecable e impoluta en Imola, faltando 20 vueltas Fernando Alonso soltó por radio un mensaje que sonó a tormento: «Va a ser una tortura, soy el piloto con más puta mala suerte del mundo«. Y sí, se puede decir que sí. Sobre todo por cómo se han ido sucediendo las cosas en una carrera que pintaba muy bien para él y para Aston Martin.
Una mala estrategia desde el muro de Aston Martin deja a Alonso sin puntos
El coche tenía ritmo, el coche corría. E incluso Stroll estaba. Por delante, un huracán llamado Verstappen logró superar a Piastri en la salida y desde ahí fue imparable, intocable. Ganó una carrera en Imola de la que él sí salió victorioso, y también con una pizca de suerte.
Porque en una carrera donde hubo dos Virtual Safety Car, primero con Ocon y luego con el abandono de Antonelli, y la oportunidad de obtener una parada gratis, sin perder tiempo, el holandés lo consiguió. Y por partida doble. Las dos veces que le tocaba parar y con ello que los McLaren y Russell tuvieran una oportunidad de pelearle. Ferrari olvidó el desastre del sábado y renació en carrera, siendo tanto Hamilton como Leclerc mucho más rápidos y supieron solventar dignamente la carrera en Imola, delante sus tifosi. Leclerc suspiró por el podio (4º) y Hamilton ahuyentó a sus fantasmas (6º), peleando hasta el final con el Williams de Albon (5) que siempre estuvo.
Max Verstappen se hace gigante
Max salió victorioso en Imola paró en las dos ocasiones, una bajo el VSC y otra bajo el Safety car. Ahí estuvo la mayor parte de su carrera. También una importantísima y vital salida, donde en una enorme valentía supo llevar al límite su coche para superar por fuera en la primera curva a un Piastri que no esperaba que le adelantara tan pronto.
A partir de ahí, el de Red Bull fue sacando más y más ventaja (hasta llegó a estar por delante por 30 segundos) en una alarde de superioridad durante todo el Gran Premio. Tanto, que en la parte final de la carrera supo tiró como nunca antes lo había hecho este fin de semana para hacer vuelta rápida tras vuelta rápida. Se alejó definitivamente de los McLaren y avisa que vuelve a estar en la pelea.
Algo muy distinto a lo que sucedió con Alonso. Porque el de Aston Martin tenía un día muy fructífero por delante. Sobre el papel podían terminar en una buena doble posición de puntos, o al menos llegar con los dos vivos hasta el final. Pero fueron unas estrategias un tanto desconsideradas y erráticas desde el muro los que impidieron ello. Tuvieron al final una oportunidad de sumar al menos un décimo puesto, cuando aprovecharon (quizá tarde…) parar bajo el virtual por el coche de Antonelli. Entonces, con ruedas medias nuevas, pero los demás también lo hicieron.
Pero la carrera estaba ahí. Al inicio, Alonso peleaba con Sainz y Russell, incluso, por ser cuartos. Con ruedas medias usadas, el Aston Martin del asturiano y también el de Stroll se encontraban a gusto, muy cómodos. Los tiempos salían con facilidad y, si bien el Williams de Sainz parecía que tenía un pelín más, todo estaba saliendo mejor que nunca. Pero Piastri, incomprensiblemente, abrió el momento de las paradas.
Aston Martin fue el único equipo que no tenía ningún juego más de medios
Fue ahí cuando Aston Martin decidió que era momento de parar, justo al tiempo que lo hacía también Sainz, y que incluso su parada en pits fue un segundo más rápida (2.6 segundos) que la de Carlos. Pero a partir de ahí no salió nada. Sabiendo que tenían un juego de medios menos que el resto (los neumáticos que mejor iban desde ayer sábado) en el muro optaron por no parar cuando era el momento de hacerlo, para guardarse un último juego a final de carrera, que salió, por cierto, también muy tarde.
Por otra parte, el ‘re-debutante’ con Alpine en Imola, Franco Colapinto terminó fuera de los 15 primeros en un fin de semana más que difícil, especialmente tras ese duro golpe en la clasificación de ayer sábado. De todas formas, una primera carrera para el argentino con el equipo francés que acabó bien, llevando el coche a casa. Era lo que tenía que hacer. El resto ya llegará.
Mientras tanto, quienes cambiaron ruedas tuvieron una ventaja muy importante al final. Leclerc defendía el cuarto frente a Albon, corto de recursos para adelantar al Ferrari. Se tocaron incluso, con el Williams por la grava, y Hamilton les ganó la posición. Al final Charles debió ceder el quinto para evitar una penalización. Sainz resistió el octavo contra Hadjar.
Por tanto, desde aquella parada, toda la carrera Alonso y Stroll estuvieron ‘jugando’ a darse el DRS para que los demás pilotos tardaran un pco más en adelantarles. Pero fue algo inútil. Sí que con la salida del Safety Car por el abandono de Antonelli se tuvo una oportunidad de hacer un último sprint y acabar la carrera de una mejor forma, donde incluso se rozó los puntos, pelando con Tsunoda hasta la bandera de cuadros. Pero no pudo ser. De todos modos, se puede decir que este es otro Aston Martin. Que pelea, que está en la lucha, que interviene, que tiene ritmo y, sobre todo, que es capaz de estar delante para buscar más de un punto. “Tenemos un coche capaz de pelear por puntos por méritos propios”. Pues eso es.