El futuro de Max Verstappen lleva semanas siendo el tema de conversación principal en el paddock de Fórmula 1. Todo lo que dice y hace el campeón se mira al detalle y se mide al milímetro. Cuando la prensa le pregunta por el equipo para el que pilotará el año que viene, el neerlandés echa balones fuera mientras periodistas de todo el mundo le rodean los jueves. Así durante las últimas semanas desde que emergieron los rumores de unirse a Mercedes o a Aston Martin. ¿Seguirá en Red Bull a pesar de que el barco lleva hundiéndose desde hace más de un año? ¿O buscará su quinto título en otro equipo?
Como Verstappen rehuye las preguntas desde hace mucho, el asesor de la escudería de las bebidas, Helmut Marko, que es un especialista en mandar mensajes y se mueve como pez en el agua cuando le apuntan con un micrófono, ha tenido que entrar en escena. El austríaco, tras el Gran Premio de Bélgica, confirmó la continuidad del tetracampeón del mundo en Red Bull. «Lo puedo confirmar, Max estará en Red Bull el año que viene», expresó Marko a Sport.De para calmar las aguas en Milton Keynes cuando parecía que su piloto estrella estaba más fuera que dentro.
Los rumores del fichaje del campeón por Mercedes han sido muy fuertes en los últimos días pues Toto Wolff desea al neerlandés desde siempre. Es su obsesión. Todo ello en medio de la no renovación de George Russell, que se está alargando más de la cuenta, y del despido de Christian Horner, exjefe de Red Bull. Prensa internacional reputada anunció hace semanas que la extensión del contrato del británico, que expira a finales de año, estaba hecha. Solo faltaba la firma, pero el anuncio sigue sin producirse. Ni en su Gran Premio de casa, el de Silverstone.
Una renovación que no se cierra
Todo apunta, eso sí, a que Russell seguirá en Mercedes, por lo menos, el año que viene, el primer curso con la nueva reglamentación. Una temporada clave en la que pilotos como Verstappen se dedicarán a observar de cerca el rendimiento de los monoplazas para decidir hacia dónde moverse en 2027. Se espera entonces un mercado agitado con baile de pilotos y que 2026 sea el último año de Verstappen pilotando para Red Bull si el rendimiento del coche sigue cayendo en picado, como lleva ocurriendo desde que se marchó Adrian Newey a principios de la temporada pasada.
Este fin de semana en Bélgica fue la enésima prueba de ello. El neerlandés hizo milagros para colarse entre los McLaren e incluso se llevó la carrera al sprint. En la carrera del domingo solo pudo ser cuarto mientras su compañero Yuki Tsunoda terminó en decimotercera posición. Verstappen seguirá domando el coche una temporada más, tal y como ha confirmado Helmut Marko y como adelantó el Telegraaf, mencionando una cláusula de rendimiento en ese contrato que, en teoría, le ata hasta el año 2028.
Cláusula de rendimiento
Si llegara al parón de verano (justo después del Gran Premio de Hungría de este fin de semana) por debajo de la tercera posición en el campeonato, podría ejecutar esa famosa cláusula liberatoria de su contrato, aseguran desde Países Bajos. Una posibilidad que se ha esfumado pues Verstappen es tercero en el Mundial, detrás de Oscar Piastri y Lando Norris, y con un colchón suficiente con Russell como para no ser superado después de Hungría, antes del parón. Por tanto, no puede ejecutar esa cláusula para romper su actual contrato con Red Bull.
El campeón tendrá que seguir sufriendo y pelearse con su monoplaza en 2026 mientras ve cómo otros monoplazas más veloces le quitan las pegatinas. Ese león herido buscará un proyecto ganador entonces para revalidar su corona desde 2027 para seguir subiendo peldaños entre los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1.