Aston Martin ha sido la escudería que más ha modificado su hoja de ruta esta temporada. Los baches de una campaña exigente que les maltrató hasta la séptima carrera, el Gran Premio de Imola, han sido constantes. En Silverstone se sufrió hasta que llegó la gira europea y ahora ya se esboza una ligera sonrisa porque se está encauzando el rumbo. El plan inicial era desarrollar el AM25 que pilotan Fernando Alonso y Lance Stroll hasta el cierre del triplete europeo, en Montmeló. Una vez cruzada la meta en España, adiós a las famosas mejoras, al menos durante este año, para poner todo su empeño en 2026.
Viendo el pobre desarrollo en pista y las pésimas prestaciones del coche, Aston Martin decidió traer más piezas nuevas, tal vez comandados por Adrian Newey, que debutó el 3 de marzo en su despacho en la fábrica de Silverstone. Él llevó la voz cantante en Mónaco, donde estuvo junto al equipo en el paddock, y anunció mejoras para el Gran Premio de Gran Bretaña. Contra todo pronóstico. Luego llegaron más retoques en Spa y Hungría que funcionaron en la segunda prueba y fueron un desastre en la primera. Eso sí, la mejor noticia es que hay correlación entre el túnel y lo visto sobre el asfalto. Se llevaba meses persiguiendo y el propio Alonso confirmó hace unos días la buena nueva.
La obsesión, por cierto, siempre ha sido no comprometer el año que viene, el señalado 2026, en lo que se refiere a utilizar recursos. Y lo sigue siendo, como ocurre en todas las escuderías. Se fiscaliza al detalle el tiempo y dinero empleado en el coche de este año y ya se ha conseguido levantar la situación, muy preocupante en Miami cuando eran el último coche. En Hungaroring, fueron el cuarto, por delante de Red Bull. En teoría, el desarrollo del AMR25 debería haber finalizado en Montmeló y luego en Silverstone.
Mejoras de circuito y Austin
Pero parece que no tiene fin y que esa quinta plaza del Mundial de Constructores que ostenta Williams (18 puntos por delante de Aston Martin) es una obsesión para el equipo de Alonso. Traería una buena cantidad de dinero y sería un golpe psicológico ya que durante gran parte de la temporada se les ha visto estancados en el fondo de la parrilla. Cada vez la ven más posible viendo su tendencia al alza y la caída de Williams. El desarrollo del monoplaza del asturiano podría no haber terminado todavía, tal y como ha podido saber este medio. Más allá de las piezas específicas de circuito que llegarán en Monza y Las Vegas debido a las características del trazado, de bajísima carga y plagado de largas rectas, hay un Gran Premio marcado en el calendario en el que podrían llegar retoques en el coche que servirían como banco de pruebas para el año que viene.
Lo que prueben este año les puede servir para recopilar información de cara a 2026. Es camino que se adelanta. Zandvoort, la siguiente carrera justo tras el parón, y Singapur, son pistas donde el AMR25 debería rendir. Justo después de Marina Bay, en Austin, es donde podrían llegar piezas nuevas para cerrar el desarrollo del monoplaza y terminar la temporada con esa especificación, o con las mezclas de piezas que consideren realizar. El famoso coche ‘Frankenstein’ que tantas veces han puesto sobre la pista combinando piezas. Que si el alerón de Spa, el suelo de Imola, etc. El Circuito de las Américas es muy revirado y nada tiene que ver con los de alta carga donde tan bien funciona el coche verde.
Aston Martin entiende que trayendo alguna actualización no compromete el desarrollo del monoplaza del año que viene, primera temporada con nueva normativa técnica y totalmente incierta, con el cambio de reglamentación más grande de la historia de la Fórmula 1. Hay una gran esperanza de cara al curso 2026 donde el objetivo del equipo es dar un paso adelante y pelear por podios. El AMR25 no está muerto ni mucho menos, puede dar todavía mucho juego y mucho de qué hablar. Tal vez incluso alguna alegría en lo que resta de temporada.