Si la actual generación de monoplazas es la más indescifrable, delicada e impredecible de la historia de este deporte, de la próxima, que hará acto de presencia el año que viene, se sabe bien poco o nada. Afirmar que el nuevo reglamento deja, a falta de cuatro meses para poner los coches en pista, todavía muchas incógnitas tras haber sufrido mil correcciones, ajustes y borrones, no tranquiliza a nadie. Ni al mismísimo Carlos Sainz, a quien Grada3 preguntó en el paddock de Monza por los Fórmula 1 de 2026.
«¿Qué comentáis entre los pilotos sobre los coches del año que viene, el nuevo reglamento, que parece que va un poco justo de plazos, hay muchas dudas, el cambio en el estilo de pilotaje, el tema de la energía… ¿Qué os preocupa? ¿Qué habláis entre vosotros sobre los coches de 2026?». El madrileño siempre se extiende en sus respuestas y esta vez no fue una excepción. Eso sí, sacó a relucir su habitual cautela. Se mordió la lengua y prefiere esperar «cinco o seis meses» antes de lanzar un veredicto final. No obstante, se intuyen preocupaciones entre la parrilla.
«Tienes que saber exactamente cómo usar el motor y la gestión de energía. Además, tienes que aprender un nuevo estilo de conducción, pero eso es parte de un nuevo reglamento, va a ser muy diferente de conducir», reconoció Alex Albon hace unos días sobre unos monoplazas que perderán el MGU-H, serán un poco más ligeros y estrechos y exigirán cortes de energía en largas rectas como la de Baku o Monza. En esos lugares, de hecho, no se podrá ir con el pie abajo siempre y habrá que gestionar la energía de la forma más ingeniosa y eficiente posible.
Hay de todo en el simulador
«Bueno, podría sentarme aquí y explicaros mis preocupaciones de lo que es la reglamentación del año que viene… personalmente prefiero, digamos, no disparar en el propio zapato de lo que te da de comer, porque al final la Fórmula 1 es el deporte en el que yo participo y creo que, como pilotos, disparar un poco al aire o disparar a tu propio deporte sin haber, ni siquiera probado el coche del año que viene en la realidad, creo que es un ejercicio de estar cinco o seis meses, entre comillas, hablando mal o hablando con preocupación de algo que al final es una duda que vamos a resolver en cinco o seis meses si vale la pena o no», expresó Sainz.
«Prefiero no hacerlo, creo que es más inteligente esperar, seguir probando en el simulador, seguir dejando que todo se desarrolle y llegue al nivel al que va a estar dentro de cinco o seis meses, y luego cuando lo pruebe, haga un par de carreras y vea, oye, me gusta esta categoría o no me gusta, pues ser el primero en decirlo una vez se haya probado, pero sin haberlo probado, creo que no es lo más inteligente», añadió el español.
Como el resto de pilotos de la parrilla, sí ha probado en el simulador el monoplaza del año que viene: «Hay de todo, hay cosas interesantes, mucha potencia cuando la potencia está ahí, potencia que corta muy pronto para el gusto de todos, pero los coches en sí en curva no van mal, son más estrechos, eso puede ayudar. Hay cosas interesantes, cosas menos, obviamente como piloto siempre señalas lo que te preocupa y lo que crees que puede ser negativo para el deporte, pero por otra parte, insisto, comentarlo aquí y que se haga eco los fans y la prensa y que haya relativamente mala prensa, de cara al deporte en el que todos queremos que vaya para adelante».