Amor-odio. Como el perro y el gato. Fernando Alonso y Lewis Hamilton se intercambian cada poco piropos e indirectas a partes iguales. Una de cal y otra de arena mientras se echan de menos sus luchas en pista. El Ferrari del británico solo puede igualarse al Aston Martin del español si tiene un problema serio, como en sus frenos, por ejemplo. Hamilton, séptimo en cruzar la meta, sufrió de lo lindo en las últimas vueltas y violó las normas cuando cortó varias curvas del trazado porque, básicamente, no podía frenar. Alonso, que estaba a casi un minuto de él, terminó a cuatro décimas y le persiguió hasta la línea de meta. Fue octavo pero ascendió al séptimo tras la sanción al británico.
Hubo polémica porque el británico pilotó un monoplaza que fue considerado un peligro y además ganó ventaja. Él mismo reconoció que se había quedado sin frenos y el asturiano sufrió un rebote tremendo cuando acabó la carrera y vio que no lo había adelantado por el canto de un duro. Su radio con su ingeniero fue histórica antes que el heptacampeón fuera sancionado con cinco segundos: «Oh, maldita sea, hombre. No lo puedo creer. Sí, él lo sabía. No lo puedo maldita sea creer, no lo puedo maldita sea creer. Quiero decir, no lo puedo maldita sea creer. No lo puedo maldita sea creer. ¿Es seguro conducir sin frenos? Oh, él debería… Sí, pero esto debería ser maldita sea P7. Quiero decir, no puedes conducir. Sí, puede que lo sea. Como si estuvieras solo en la pista. Sí, quiero decir, no respetaron la bandera roja ayer, hoy, pista libre para ellos. Quiero decir, tal vez demasiado.»
El asturiano, más relajado y con las pulsaciones bajas en el corralito, siguió con sus protestas hacia el comportamiento del británico en las vueltas finales, cuando no tenía frenos. «Me dijeron que tenía un problema de frenos a dos vueltas del final y terminé como a una décima de él. Un poco de rabia ahí pero bueno, creo que está siendo investigado por track limits porque no puedes saltarte la pista. Con o sin frenos, tienes que ir por la pista. Él siempre tiene más tolerancia, ojalá que hoy sea un poco menos», expresó ante el micrófono de DAZN.
Piloto del Día aunque no le enfoquen
«Me avisaron a dos vueltas del final que tenía problemas así que iba recortando muchos segundos en cada vuelta. Llegué a una décima, sé que le investigan por los límites de pista así que quizás recuperamos alguna posición”, repitió ante AS, en comparecencia con prensa escrita. Sorprendentemente, el español fue nombrado Piloto del Día, un reconocimiento escogido por los aficionados que le es esquivo pese a brillar en pista. El español lo considera «un milagro» porque la realización nunca le enfoca durante las carreras. «Normalmente nadie mira nuestras carreras, salimos el veinte y acabamos sextos y se lo lleva alguien que sale primero y termina tercero». Contestó entre carcajadas, denotando la poca importancia que le otorga a este premio.
Su momento más dulce no apareció por televisión: “Es difícil escoger un adelantamiento. Pero me quedaría con el de Hadjar en la vuelta tres, que creo que no se vio por televisión. Me metí en la curva 13 por dentro y es una zona bastante estrecha, creo que ese fue el movimiento de máximo riesgo”. Hasta hubo pique con el francés: «Él tenía algún problema en el motor, por lo que he escuchado, así que en algunas batallas hay que saber cuándo luchar y cuándo no. Porque el resultado final de la carrera podía haber sido peor para los dos y para él en particular. Era un riesgo innecesario y perdimos tiempo, aunque entiendo que estamos en Singapur y hay que pelear cada posición. Algunos movimientos a 300 kilómetros por hora en este circuito están al límite. Aunque no hubo contactos. Tienen un coche muy rápido y no han sumado tantos puntos así que es problema de ellos”.