Desde fuera, cuesta comprender el tipo de relación que mantienen dos campeones, examigos y excompañeros que llevan casi veinte años compartiendo parrilla en Fórmula 1. Fernando Alonso y Lewis Hamilton han vivido episodios de todo tipo compartiendo garaje y pista pero siempre te sorprenden. Cuando no te lo esperas, la telenovela deja un ingenioso y ocurrente capítulo. En este caso, uno más propio de adolescentes enamorados que se envían indirectas (o más bien directas) a través de las redes sociales. Todo el drama entre el respeto máximo que se profesan, extremadamente limpios en pista en casi dos décadas compitiendo.
Resulta curioso que la última enzarzada entre el británico y el español haya sido a raíz de un momento entre ellos sin toques en pista, accidentes o adelantamientos polémicos. Todo viene por el problema de frenos que sufrió Hamilton en Singapur que le llevó a perder una cantidad innombrable de segundos en las últimas vueltas y le dejó a merced de su amigo Alonso. Acabó la carrera sufriendo y pidiendo la hora. El asturiano se esmeró por darle caza para arrebatarle la séptima plaza pero se quedó a solo cuatro décimas de su Ferrari, un coche inseguro de pilotar, sin frenos, que iba saltándose curvas en medio de la carrera.
El británico terminó sancionado y cedió la posición en los despachos, de forma justa, al español. No obstante, el origen de su último pique viene de unos instantes antes. Concretamente, de la radio de Alonso al cruzar la línea de meta, cabreado y frustrado por no haber podido dar caza a su rival por muy poquito: «Oh, maldita sea, hombre. No lo puedo creer. Sí, él lo sabía. No lo puedo maldita sea creer, no lo puedo maldita sea creer. Quiero decir, no lo puedo maldita sea creer. No lo puedo maldita sea creer. ¿Es seguro conducir sin frenos? Oh, él debería… Sí, pero esto debería ser maldita sea P7. Quiero decir, no puedes conducir. Sí, puede que lo sea. Como si estuvieras solo en la pista. Sí, quiero decir, no respetaron la bandera roja ayer, hoy, pista libre para ellos. Quiero decir, tal vez demasiado.»
Una historia incendiara
Hay que fijarse en ese ‘no lo puedo creer’ para entender la polémica. Alonso, tras la carrera, lanzó un recado a Hamilton y la forma en que se le juzga en este deporte. Dejó entrever que juega con otras reglas a raíz de episodios como su desacato de la bandera roja en Libres donde se fue impune. «Me dijeron que tenía un problema de frenos a dos vueltas del final y terminé como a una décima de él. Un poco de rabia ahí pero bueno, creo que está siendo investigado por track limits porque no puedes saltarte la pista. Con o sin frenos, tienes que ir por la pista. Él siempre tiene más tolerancia, ojalá que hoy sea un poco menos».
El piloto de Ferrari aguardó y dejó pasar el domingo pero sacó las uñas el lunes. Contestó a su amigo Alonso a través de Instagram, de una historia que subió por la tarde noche y que desaparecerá en la tarde noche del martes. El video es una recopilación de la frase ‘I don’t believe it’ de la serie británica ‘Un pie en la tumba’. La frase es la misma que repitió y repitió el asturiano por la radio, quejándose, cuando perseguía al heptacampeón en Marina Bay el domingo. Lo más llamativo del video que publicó Hamilton es el texto que añadió. Lleno de maldad. Ese ’18 años de…’ hace referencia al fatídico año 2007 en el que se dinamitó su relación como compañeros de equipo en McLaren.
Si uno hace cuentas y retrocede, los números salen. Son tal para cual: un día se atizan pero otro se quieren. Alonso cargó contra él en Singapur pero le defendió públicamente hace un mes: «Desde fuera nunca se sabe con certeza qué está pasando, pero Lewis no necesita demostrar nada a nadie ya. Es un piloto increíble y tarde o temprano descubrirá cómo alcanzar el ritmo máximo. Él y Ferrari siempre serán una dupla a la que hay que respetar mucho».