España ha cumplido en Georgia otro nuevo partido para la clasificación al Mundial de 2026. Y quizás el definitivo. La Selección de Luis de la Fuente ha ganado 0-4 en Tiflis en la tarde de este sábado en un duelo que ha sido el reflejo de los últimos encuentros. Goleada, sensaciones inmejorables y un liderato en su grupo a punto de caramelo. Oyarzabal con un doblete, Zubimedi y Ferrán Torres fueron los autores de los cuatro goles.
Y lo hacía España en un partido en el que Georgia afrontaba el duelo muy tocada tras dos derrotas seguidas, incluida un duro 4-1 contra Turquía. De hecho, fue ese partido ante los otomanos el que casi les dejó sin opciones de pelear por el segundo puesto, aunque aún guardaba esperanzas matemáticas de entrar en la repesca si lograba vencer este sábado.
España arrasa en Georgia y se clasifica virtualmente al Mundial
Pero enfrente tuvo a una España que fue superlativa y mucho más poderosa desde el primer minuto. España, además, llegaba lanzada. Tras igualar su mejor racha histórica de encuentros oficiales sin perder en el tiempo reglamentario con un 4-0 a Bulgaria, el equipo de Luis de la Fuente podría batir ese récord y sellar su presencia en su decimotercer Mundial consecutivo. Y lo hizo. Sumó una nueva victoria en esta fase impecable, alargando su racha de 30 partidos sin perder, con un pleno de triunfos, 19 goles a favor y ninguno en contra.
Porque España salió a Georgia con la seguridad que exige un partido que puede acercarte a un Mundial, y lo dejó claro desde muy pronto. Apenas habían pasado once minutos cuando Mikel Oyarzabal abrió el marcador. La jugada nació en una acción por la derecha de Ferran Torres, cuyo centro golpeó en la mano de un defensor georgiano. El árbitro no lo vio en directo, pero el VAR le llamó a revisar la acción. Tras acudir a la pantalla, señaló penalti. Oyarzábal tomó el balón, respiró hondo y engañó por completo a Mamardashvili para firmar el 0-1 y encarrilar una tarde que ya se presentaba favorable para la Roja.
España no levantó el pie y siguió sometiendo a Georgia con ritmo alto y mucha movilidad entre líneas. En ese dominio llegó el segundo tanto, en el minuto 22, una acción que nació con una genialidad de Fabián Ruiz. El centrocampista filtró un pase perfecto entre centrales para romper la defensa rival y dejar a Martín Zubimendi solo ante el portero. El jugador del Arsenal definió con un toque suave, elegante, picando la pelota por encima de Mamardashvili. Un gol de mucha clase que colocaba el 0-2 y dejaba al rival prácticamente sin respuestas.
España controló el ritmo y controló el partido
Con España instalada en campo contrario, el tercero no tardó en caer. En el 34 llegó una jugada que ilustró a la perfección la fluidez del ataque español. Baena encontró a Oyarzabal con un pase al espacio; el atacante de la Real Sociedad llegó hasta línea de fondo y sacó un centro raso preciso, de esos que solo necesitan un toque para acabar dentro. Ferran Torres apareció desde segunda línea y empujó el balón a la red para el 0-3. Una combinación limpia, rápida, que dejó el partido completamente inclinado hacia el lado de Luis de la Fuente.
La segunda parte siguió el mismo guion. España controló el ritmo, desactivó cualquier intento de Georgia y encontró el cuarto a través del hombre de la noche. Mikel Oyarzabal volvió a aparecer en el minuto 63 para completar su doblete. Esta vez lo hizo de cabeza, tras un envío templado de Ferran desde la derecha. El movimiento del delantero dentro del área y la potencia del remate dejaron sin opciones al guardameta local. Era el 0-4, un resultado que reflejaba la superioridad española y certificaba una actuación impecable en Tiflis.
Georgia perdió cualquier opción de respuesta ante España
Claro que el 0-4 no modificó la ambición. De la Fuente movió el banquillo para repartir esfuerzos: entraron Fermín y Pablo Barrios por Merino y Fabián, que habían dominado la medular con una autoridad aplastante. Oyarzabal dejó el campo poco después, ovacionado por sus compañeros tras firmar un partido de delantero total. Borja Iglesias ocupó su lugar y estuvo a punto de marcar nada más entrar: un derechazo en el corazón del área que obligó a Mamardashvili a volar para evitar el quinto.
Georgia intentó rebelarse en ráfagas aisladas. Un centrochut de Kvaratskhelia obligó a Unai Simón a realizar una parada monumental, casi sin ángulo. Y poco después, Tsitaishvili probó desde lejos, aunque su disparo salió alto. Eran señales de orgullo más que un cambio real en el partido.
España recibirá a Turquía… con una ventaja casi insalvable
Con el paso de los minutos, Georgia fue perdiendo cualquier atisbo de respuesta. La superioridad española se notaba en cada duelo. España manejó el tramo final con suma facilidad, circulando el balón con calma y desactivando cualquier intento aislado de los locales. La Roja cerró el partido con la seguridad de un equipo hecho, respaldado por un banquillo profundo y una idea de juego cada vez más asentada. Una victoria que no sólo confirma el momento de forma del grupo, sino que acerca aún más el billete rumbo al Mundial.
La selección española cerrará el año 2025 en La Cartuja, donde recibirá a Turquía el próximo martes en el último son prácticamente inexistentes (hoy ganaron por 2-0 a Bulgaria). Y es que España venció en Konya por una diferencia de seis tantos y llega al duelo con una superioridad incontestable.
Los de Luis de la Fuente están a un paso de firmar una clasificación impecable. A falta del encuentro final, no han encajado un solo gol y acumulan diecinueve a favor en apenas cinco partidos, una carta de presentación que habla por sí sola.
Para el partido contra Turquía, España parte con una ventaja prácticamente insalvable. Además de llegar con tres puntos más, los otomanos necesitarían ganar y obtener un marcador abultadísimo para revertir la amplia diferencia de goles (19-15) que separa ahora a ambos equipos.
