La cuarta suplencia de Vinicius no tuvo impacto

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Esta vez no. En su cuarta suplencia, Vinicius no logró marcar diferencias. En el empate 2-2 ante el Elche, el brasileño disputó algo más de media hora. Tras el primer gol del equipo ilicitano, Xabi Alonso reaccionó y le dio entrada en el Martínez Valero para intentar revertir el marcador. Sin embargo, lo que había funcionado en las tres ocasiones anteriores no surtió efecto esta vez. No completó ningún regate (0/3), perdió diez veces la posesión y no ganó ningún duelo (0/4). En ataque, el ‘7’ disparó una sola vez, pero su intento fue bloqueado por la defensa local. Una noche para el olvido.

Vinicius no cuajó en Elche

Su suplencia estaba pactada. «Lo habíamos hablado. Como solemos hacer. Sabía el impacto que podía tener. Sigue conectado», explicó Xabi Alonso en la rueda de prensa posterior al partido. Sin embargo, ante el Elche, Vinícius no mostró su mejor versión. Aunque aportó algo de dinamismo al ataque del Real Madrid, su falta de precisión resultó determinante. En una situación clara de dos contra uno junto a Kylian Mbappé frente a Iñaki Peña, el brasileño se precipitó en el pase y permitió la intercepción de la defensa ilicitana. Algo pasa con el carioca. Vinicius lleva desde el 4 de octubre sin marcar con el Real Madrid. Más de un mes sin enjaular.

Su rol de suplente

Antes de la visita a Elche, Xabi Alonso había optado por dejarlo de entrada en el banquillo en tres ocasiones: ante el Real Oviedo, el Olympique de Marsella y el Getafe. En esos tres encuentros, el brasileño entró como revulsivo y, en todos ellos, marcó la diferencia de una u otra forma. Empezó en el Carlos Tartiere. Contra los asturianos, ingresó al campo en el minuto 63 y sentenció la victoria con una asistencia y un gol en el 0-3 final. Entre rumores de tensiones con el técnico, su respuesta fue la mejor posible: rendimiento y compromiso.

Semanas más tarde, en Champions ante el Olympique de Marsella, volvió a salir desde el banquillo. Entró superada la hora de juego, justo después de la expulsión de Carvajal, y fue protagonista de la acción que decidió el marcador: provocó el penalti del 2-1 definitivo. En el Coliseum, en octubre, aunque no participó directamente en el único gol blanco, resultó absolutamente clave: sacó las dos expulsiones del Getafe. Tras la primera, firmada por Nyom, Mbappé aprovechó para marcar el tanto que selló el triunfo blanco. Bastó su entrada para que el guion cambiara por completo.

El Real Madrid necesita a la mejor versión de Vinicius

Más allá del rendimiento puntual, el asunto parece emocional y estructural. Vinicius atraviesa un tramo de temporada en el que la confianza no fluye con naturalidad. No marca desde el 4 de octubre y, aunque su compromiso es evidente, el brillo se ha diluido. El gol, su lenguaje más auténtico, le ha dado la espalda. Su samba, igual. un así, el carioca conserva algo intangible: esa capacidad de alterar el contexto, incluso cuando no está en su mejor día. Xabi Alonso lo sabe y por eso lo sigue protegiendo, midiéndolo, convenciéndolo de que el sistema no va en contra de su identidad, sino que busca potenciarla.

El desafío ahora pasa por transformar la irregularidad en constancia. Vinicius debe reconectar con la versión que lo convirtió en símbolo del desequilibrio y de la verticalidad del Real Madrid. Porque más allá de los esquemas, hay jugadores que definen la temperatura emocional del equipo. Y si el cuadro madridista aspira a sostener su dominio tanto en España como en Europa, necesitará recuperar a ese Vinicius que, en grandes noches europeas o escenarios complejos, sigue siendo capaz de encenderlo todo.

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