Celta y Valencia se citan en Balaídos en la noche de este sábado para dictaminar quién se adelanta en la consecución de los 3 puntos. Tras un verano pendiendo de un hilo las buenas relaciones entre ambos por la macro-operación Maxi Gómez – Santi Mina; un trueque con refuerzo adicional para los vigueses, con la llegada del tinerfeño Jorge Sáenz. El móvil de la operación, era el delantero uruguayo (quién desea lo mejor para su ex-equipo, pero también anotar diana en su ex-feudo), estuvo a punto de echar todo al traste, tras la intromisión del West Ham inglés, pero pesó el propósito del joven ariete de seguir en La Liga.
Malas sensaciones en los celestes, ante un Madrid que venía de una temporada bastante gris, en un partido donde se notó la falta de puesta a punto de hombres como Lobotka o el recién llegado, Toro Fernández, inédito prácticamente con la elástica olívica. Eso unido a una baja importante en cada línea y a los últimos flecos para reforzar el conjunto. Además de la polémica actuación arbitral de Estrada Fernández que condicionó el choque hacia el bando visitante con algunas decisiones tomadas.
En cambio, los levantinos, perdieron 2 puntos tras un extenso descuento de locos, donde se pitaron dos penas máximas. Gameiro mandó a las nubes la que pudo sentenciar el partido con el que sería el 2-0 (antes Rodrigo mandaría incomprensiblemente a la madera un balón a puerta vacía), y Francis Coquelin, protagonista fatal para los suyos por cometer una mano inocente dentro del área -reprochada en rueda de prensa por su técnico- en la barrera de un libre directo en los estertores del choque, que supondrían el 1-1 definitivo.
El entrenador local, el valenciano Fran Escribá, estuvo toda la semana en el punto de mira por las que él mismo reconoció como declaraciones desafortunadas en la rueda de prensa tras el partido contra el Real Madrid: «Es una apuesta muy bonita del club, pero la cantera nos limita». Tras las discrepancias del director deportivo Felipe Miñambres, en la presentación de Pape y del emblema del club, Iago Aspas, a media semana, hoy en la previa adujo que estuvo poco afortunado con la frase -pidiendo perdón por la misma-, mostró su compromiso con el club y se deleitó con la plantilla que tiene.
Al envite, se suman las altas de jugadores de la talla de Hugo Mallo y Santi Mina (que lo afronta con ganas al verse de nuevo ante sus compañeros de los últimos 4 años), quiénes contarán con minutos, pero no se asegura su presencia en el once inicial. Se descartan para el duelo, Jozabed Sánchez y Claudio Beauvue, en quiénes se sigue buscando un destino, antes del cierre de mercado en 10 días. Siguen en la enfermería, el cancerbero Sergio Álvarez, el lateral izquierdo Juncá y los mediocampistas Okay Yokuslu y Juan Hernández.
Por parte ché, Marcelino pierde mes y medio al campeón europeo Sub-21 Carlos Soler, dolido por una severa torcedura de tobillo. Posiblemente también se pierdan el choque, los centrocampistas Álvaro Medrán, Jason Remeseiro y el delantero Rubén Sobrino -en la rampa de salida-. Otra ausencia, ésta por sanción, es la del francés Coquelin, tras su doble amarilla en el partido inaugural ante la Real Sociedad, que derivó en el pinchazo valencianista en el inusual minuto 100. La buena noticia, es la vuelta de la brújula valenciana, el capitán Dani Parejo.
Como antecedentes en el coliseo pontevedrés, sale el Valencia con un balance más positivo, tras vencer en la 12-13, en la 15-16 con un contundente 1-5 y la temporada pasada 1-2, cuando la cabeza de Marcelino se encaminaba a la guillotina del Turia. Además de igualadas en la 14-15 (cortando 720 minutos sin marcar los de Berizzo) y en la 17-18, donde anotaron los delanteros del trueque del verano -foto superior-. Por parte olívica, sólo se cuentan con las victorias por la mínima (2-1) en la 13/14 y en la 16/17.