Sporting y Oviedo no tuvieron una buena jornada este fin de semana. Al menos en lo que a puntos se refiere. Ambos solo pudieron sumar un punto, pero a ambos les sabe de forma diferente. El Sporting lo hizo en un partido condicionado por un nuevo nefasto arbitraje de un nefasto árbitro como es el bilbaíno Iñaki Vicandi Garrido. Los rojiblancos, que estuvieron por segunda jornada consecutiva varios minutos en inferioridad, aguantaron frente a un Rayo que mostró sus credenciales de recién descendido. Por su parte el Oviedo dejó escapar dos puntos en un partido en el que fue ganando durante 87 minutos y que se le escapó con un gol de Cristian Herrera que dejó mudo al Tartiere. Los carbayones pudieron sentenciar, pero perdonaron y lo acabaron pagando.
Un punto titánico
- Un punto de esfuerzo: En un partido marcado por la actuación arbitral el Sporting volvió a lograr puntuar. Segundo encuentro consecutivo contra un recién descendido y el club gijonés logra un punto que obligatoriamente debe saber bien. Es cierto que el equipo no está ni mucho menos al ciento por ciento. Falta fluidez y juego, que solo aparece en contadas rachas. Pero, nuevamente jugando varios minutos en inferioridad, salvó su envite contra un rival dificilísimo con bravura.
- El equipo compite hasta la saciedad: Y eso se debe a que el equipo compite de una forma brutal. Incluso con uno menos, el Sporting pudo buscarle las cosquillas defensivas al Rayo. José Alberto López acertó con la entrada de Cristian Salvador que fortaleció la medular. Liberó algo a Manu García que asistió por donde no había hueco a Álvaro Vázquez -buenos minutos del betulense- que forzó la expulsión de Tito. Pero en los algo más de 20 minutos que estuvo con uno menos, supo sufrir, competir y aguantar a un poderoso rival que solo logró crear una ocasión en ese intervalo.
- Hasta el mayor escribano hace un borrón: Si en la primera parte Mariño había salvado al Sporting con una mano salvadora a Embarba, en la segunda no se mostró afortunado. El gol del empate, de Andrés Martín, es una acción en la que el guardameta no está nada afortunado al encajar un gol más de atajable. Todos los genios tienen sus días malos y hoy le tocó sufrirlo al vigués, que a pesar del error vio como El Molinón le animó.
- Todos contra el VAR: Es inadmisible a nivel profesional el esperpento arbitral de este domingo en El Molinón. No solo Vicandi Garrido puso todo su empeño en estropear lo que debía ser un bonito partido sobre el papel. Es que su compañero en el VAR, el valenciano Saúl Ais Reig, fue todavía peor. El partido estuvo parado, por sus consultas, no menos de 15 minutos y el total de tiempo añadido fue de 7 siete minutos en todo el encuentro. Lógico que ambos entrenadores y jugadores en zona mixta clamasen por ello. Urge que las revisiones sean mucho más ágiles, o se corre el riesgo de ‘cargarse’ definitivamente el fútbol.
La misma historia de siempre
- Dos puntos perdidos. Y van tres en apenas ciento ochenta minutos. El Oviedo volvió a dejarse puntos en el tramo final del encuentro. Igual que en Riazor. Otra vez en el descuento. Esta vez, con un lanzamiento desde la frontal que Cristian Herrera empujaba a la red tras un rechace. El cuadro de Sergio Egea no fue capaz de cerrar un encuentro que se puso de cara muy rápido. Los carbayones las tuvieron para sentenciar, pero también el Lugo para poder hacer algún gol más. Al cuadro asturiano le pesó el que el partido se convirtiese en un corre calles. Faltó balón, calma y ser determinantes en las contras.
- Llegaron las fichas. Sergio Egea dispuso ya de casi toda la plantilla. El único ausente en la convocatoria fue Jimmy, que su sanción, tras el problema de licencias de la primera jornada, se arrastró a la segunda. Debutaron Juanjo Nieto y Javi Fernández en defensa. El primero vio la cartulina roja. Más que rigurosa, eso sí. Su primera cartulina amarilla da de qué hablar, pero la decisión estaba tomada. Javi dejó muy buenas sensaciones. Participó de forma activa en el gol, se mostró serio, seguro y contundente. Buen debut ante la que será su afición.
- Ortuño se estrena, Sangalli enamora. Al de Yecla le hicieron falta cuatro minutos para poner en pie al Carlos Tartiere. En un saque de esquina que Javi Fernández remató al larguero, el balón quedo suelto en el área pequeña, y Ortuño olió la sangre. Estuvo donde se le pide a un delantero. A la caza de cualquier balón suelto en el área. Empujó a la red su primera diana vestido de azul. Pero no solo fue eso. Ortuño demostró ser ese ‘9‘ con presencia en área rival. Lo que pedía Sergio Egea. Además, mostró ser una buena alternativa para el juego aéreo. Ganó todas las disputas, dio oxígeno al equipo y es una solución a la hora de jugar directo.
- Alfonso queda señalado. Para muchos, el meta del Real Oviedo pudo hacer algo más en el tanto lucense. Álex López disparó desde la frontal. Un lanzamiento muy potente que el portero carbayón rechazó y que Cristian Herrera empujó a la red. Muchos achacan al guardameta el haber despejado hacia el centro, algo que también sucedió en Riazor. pero la jugada tiene mucho más. El primer error llega en la anticipación de la zaga visitante. Álex López recibió solo, y armó un lanzamiento sin apenas oposición. El último error se da en la posición de Cristian Herrera. Remata solo. Nadie le sigue. Fallos que el equipo debe corregir.