Que es un día muy difícil para escribir unas líneas acerca de la selección es una evidencia. Y no por su papel en la Eurocopa, sino por lo dolorosa que fue, al menos para mí, la eliminación frente a Italia. No pudo ser en esta ocasión. La moneda de los penaltis salió cruz. Pero qué orgullo de selección y de seleccionador. España ha vuelto a enganchar a todos, al menos a todos los que son capaces de ver más allá de un color. Porque el torneo que ha hecho nuestro equipo, la selección de todos, es para estar más que orgulloso.
Decían los ‘entendidos’ en esto del fútbol el día de la lista que nos íbamos a ir a casa a las primeras de cambio. Es curioso que quienes aseguraban esto respondían a un perfil en Twitter, por poner un ejemplo, con la bandera de España. Porque claro, los hay que todavía no entienden, ni entenderán, lo que es la selección. Pero bueno, intentar explicárselo sería perder el tiempo. Lo cierto es que todos esos sabios tuvieron que esperar a las Semifinales para celebrar. La pena es que hayan podido disfrutar de ello.
Pero volviendo a los que sí disfrutamos, todos debemos dar las gracias a quienes nos han llevado hasta Semifinales. Todos los que nos han hecho soñar una vez más. A Luis Enrique, a los que muchos quisieron despedir el día de la lista. A Unai Simón, a Morata, a Dani Olmo, a un Pedri que apunta muy alto… En definitiva, a todos. La derrota ante Italia dolió, está claro. Pero fue dolorosa porque nuestra selección mereció mucho más. Que Italia volviese a la versión de la Italia de siempre es mérito de los nuestros, que ante el ‘meneo’ que vaticinaban muchos, supieron encerrar a los italianos y superarles en todas las facetas. Pero claro, ya sabemos lo que son los penaltis.
Personalmente doy gracias a esta selección por el orgullo que ha demostrado a lo largo de toda la Eurocopa. Porque han pasado muchas cosas, pero siempre ha sabido sobreponerse a todas las adversidades. Nos vamos a casa, sí, pero sin perder un solo partido y con la esperanza puesta en un grupo que promete. Y mucho. Ante una Italia de las mejores que se recuerda, los de Luis Enrique fueron infinitamente mejores, pero no pudo ser. En cuatro meses volveremos a vernos. Y en año y medio, también.
Luis Enrique
Pocas dudas quedan en torno a este equipo. Pero alguna hay, sobre todo de aquellos que quieren ‘matar’ a un seleccionador más. En este caso le tocó a Luis Enrique. Todavía me pregunto cuándo entenderemos que en cada convocatoria sumamos 47 millones de listas, y que la nuestra no es la mejor. La válida, y la mejor, es la del seleccionador. Y a Luis Enrique le quisieron matar cuando dio la suya. El tiempo, claro está, le ha dado la razón. En absolutamente todo.
El día que se hizo pública la lista muchos vaticinaron que no pasábamos de grupos. Los dos primeros encuentros reforzaron este pensamiento. Pero, por desgracia para ellos, hemos vuelto. La selección ha vuelto a enganchar. Las audiencias no mienten, y el sentimiento tampoco. Y eso tiene un líder, el que se sienta en la banqueta. Luis Enrique apostó por Unai. Tuvo fallos sí, pero dio mucho más de lo que pudo haber quitado. Al asturiano también le crucificaron por esperar a Busquets. Poco que añadir acerca de su Eurocopa. Imprescindible. Hay muchos nombres más, pero estaríamos hasta mañana intentando explicarlo todo.
En el día después a la eliminación frente a Italia se puede estar muy orgulloso de lo que ha hecho este equipo. Las sensaciones, el cuerpo técnico y una generación de jugadores jóvenes que ya han mandado un aviso a todo el mundo son los motivos de nuestra ilusión. Por ello podemos decir bien alto, una vez más: ¡Qué orgullo de selección!