Los reds consiguen remontar el encuentro que comenzó con un gol a los siete minutos de Shelvey que dejaba congelado, momentáneamente, a Anfield. Sin embargo, un Salah en estado de gracia y un Anfield que empujó durante todo el encuentro conseguían darle los tres puntos al conjunto de Liverpool en tan solo cinco minutos.
El partido comenzó con sorpresa, una gran jugada de Saint Maximin culminaba tras el golazo de Shelvey, que, por otra parte, cumplía la ‘ley del ex’. A partir de ahí Mohamed Salah sacó la barita mágica y comenzó su show particular.
El primer aviso llegó con un gol de Mané a los nueve minutos y a los dieciocho minutos llegaría el empate de los reds con un tanto de Diogo Jota que, a la primera no por un paradón de Dúbravka, pero a la segunda ponía las tablas en el marcador. Con el empate el Newcastle tuvo la oportunidad de ponerse otra vez por delante, pero Alisson evita el gol con una parada espectacular.
Salah seguía haciendo lo que quería desde la banda derecha, su momento llegó cuando Mané fallaba una ocasión muy clara, que detenía Dúbravka, y el egipcio remata a placer aprovechando el rechace devolviendo la alegría a Anfield tras unos minutos complicados. Al borde del ecuador del partido la defensa del Newcastle sufría el gran estado de forma del delantero del Liverpool, pero el partido aguantaba con el 2-1 hasta el descanso.
La segunda parte comenzó con menos ritmo que la segunda, aunque el delantero del Liverpool seguía con su monólogo tras los primeros 45 minutos. Los últimos veinte minutos fueron más interesantes que los primeros. Primero, avisó Shelvey con una falta al borde del área que se va fuera, pero muy cerca de la escuadra izquierda de Alisson. La segunda, fue una buena jugada de Keita que deja el gol en bandeja para Mané, pero una vez más detiene el portero eslovaco.
Con la entrada de Firmino el Liverpool tuvo más movilidad en la zona de tres cuartos de campo, precisamente, un centro del brasileño casi provoca el segundo tanto de Diogo Jota, pero, como no, apareció el muro eslovaco, que completó un partido espectacular, a pesar de los tres goles.
Pero, todavía faltaba la guinda del pastel y llegó con un auténtico golazo, con un disparo potente de Trent Alexander-Arnold que con la pierda derecha mandaba un misil directo al fondo de la portería de los magpies, está vez, imparable para Dúbravka.
El conjunto de Klopp mantiene el pulso con el Manchester City en la lucha por el título y se beneficia del empate del Chelsea con el Everton. Veremos si los reds y los citizens consiguen mantener su gran nivel y repetir la espectacular temporada 2018/2019, en la que quedaron separados por un solo punto hasta la última jornada.
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