El renovado Cádiz de Sergio González visitaba el feudo de los rojiblancos para poner punto de partida a la jornada 28 de la Liga Santander. A priori se antojaba un partido apetecible debido a las buenas dinámicas y sensaciones que traían ambos equipos, pero nada más lejos de la realidad: un gol de Joao Félix, tras un error grosero de Conan Ledesma, hizo que un partido que apuntaba a tener un ritmo a la altura de los equipos que lo estaban jugando se descafeinara por completo. Mucho pase horizontal y excesas imprecisiones cuando el objetivo era preocupar al portero rival.
Se podía presuponer como el típico partido del Atlético del Cholo en el que el partido no pasaba del 1-0 de los rojiblancos, pero me parece, y el partido me da la razón, que esos momentos de «cholismo» solo se conservan porque los aficionados rojiblancos no padecen de pérdida de memoria: poco antes de que González Fuertes decretara la marcha a los vestuarios el Pacha Espino serviría un centro exquisito para que ‘el Tiburón’ Negredo pusiera el empate en la contienda. Con este resultado terminaría el primer asalto.
La segunda parte se culminaría con menos juego que en la primera, y mira que no es que haya ofrecido una oda al fútbol. Un simple rechace de De Paul a un flojo golpeo de Correa desequilibró el encuentro. Entraron varios jugadores por ambos conjuntos, incluído Javi Serrano, que vio la expulsión en una dudosa jugada que no hace otra cosa si no que rematar la caótica actuación de González Fuertes, que para nada ha tenido un encuentro violento y de alto ritmo, pero que sí ha sido protagonista peyorativamente hablando.
Esta victoria deja al Atlético con la momentánea tercera posición, a expensas de lo que haga el Barça y el Cádiz continúa en descenso pero con sensaciones para nada negativas por lo visto en el día de hoy.