El Johan Cruyff ya ha sido designado como estadio oficial para que se dispute el Barcelona – Valencia de la jornada 4 de LaLiga EA Sports. Finalmente, delegados del Ayuntamiento de la Ciudad Condal visitaron este martes las instalaciones del Camp Nou para analizar cómo estaban las obras y tomar una decisión, ya que en menos de una semana los de Hansi Flick tienen que recibir al cuadro che y se desconocía, incomprensiblemente, cuál iba a ser el enclave donde se celebraría el choque a falta de tan pocos días.
Recordemos que el Barcelona había solicitado a LaLiga comenzar la temporada a domicilio en las tres primeras jornadas y la patronal se lo concedió. El motivo era para ganar algo más de tiempo para ir avanzando con las obras del Camp Nou y ese tiempo, más la ventana de selecciones, debía ser suficiente para que el cuadro azulgrana pudiese garantizar la seguridad en el recinto. Esto ya lo han hecho otros equipos como el Atlético, el año en el que estrenó el Metropolitano, y el Real Madrid, cuando regresaron al Santiago Bernabéu, pero es cierto que ninguno de estos dos clubes han tenido tantos problemas como sí han ido apareciendo cada día en Can Barça.
No ha sido un camino nada fácil para un Barcelona que había anunciado a bombo y platillo en verano que regresaban al Camp Nou para disputar el Trofeo Joan Gamper. Se desconoce si era un método para meter presión o si de verdad creían que podrían abrir las puertas de Les Corts. Fuese lo que fuese, este choque se trasladó al Johan Cruyff y las dudas sobre la realidad del estadio culé volvían a ser actualidad cada día de este verano en el que se decía que sí iban a llegar al inicio liguero y horas después que había demasiadas deficiencias, por lo que no recibían el Certificado Final de Obra.
Un mar de dudas
Durante varias semanas se ha discutido y debatido sobre cuál iba a ser el estadio que acogería el Barcelona – Valencia de la cuarta jornada del campeonato. La idea del club azulgrana desde el principio era que el Camp Nou albergase dicho encuentro, pero los permisos necesarios no llegaban y los azulgranas empezaban a mover ficha. El Estadio Olímpico Lluís Companys nunca fue una opción. Joan Laporta reservó Montjuic, pero el concierto del próximo viernes de Post Malone impedía que el cuadro azulgrana pudiese recibir al cuadro che en dicho recinto, por lo que había que buscar otra alternativa.
Una de las opciones que se valoró, como un remedio que no terminaba de convencer pero que era aceptable, es que el Camp Nou albergase el choque… pero a puerta cerrada y no con los 27.000 espectadores que querían tener en las gradas. Al Barcelona no le hacía ninguna gracia abrir su nuevo estadio y que no hubiera un alma dentro, pero, es que además, también se debían obtener las licencias pertinentes. Y es que si las deficiencias en las obras del campo continuaban persistiendo, ningún responsable técnico quiere poner en riesgo la seguridad de los futbolistas, cuerpos técnicos o trabajadores que tuvieran que estar presentes.
Se especuló con que el Barcelona podría aprovechar que el Girona jugaba fuera en la jornada 4 para pedir Montilivi, pero era una opción muy remota. Se habló, incluso, de que el choque se jugará en Mestalla cambiando el orden de la ida y vuelta, pero a LaLiga ni se le pasó por la cabeza tal concesión. El escenario que mejor se presentaba, pues, era el Estadio Johan Cruyff, pero el gran inconveniente era que no cumplía con el aforo que exigía el organismo de Javier Tebas para acoger un encuentro de la máxima categoría del fútbol español.