Fernando Alonso tiene 43 años y sigue siendo el gran referente de Aston Martin. Su fichaje en 2023 fue mucho más que un movimiento de mercado: era una apuesta por un piloto con experiencia, carácter y hambre de resultados.
El gen competitivo de Fernando Alonso en Aston Martin
Casi tres años después, el balance es claro. El coche no ha estado al nivel esperado, pero el papel del asturiano ha sido clave para mantener la ilusión y la presión dentro de un proyecto que mira a 2026 como su gran oportunidad.
La temporada 2025 no ha sido fácil. Tras un arranque esperanzador en años anteriores, Aston Martin se ha topado con la realidad. El monoplaza ha tenido problemas de ritmo, piezas que no han funcionado como se esperaba y una competencia cada vez más fuerte. Alonso lo ha explicado sin rodeos en varias ocasiones. Este curso no ha dado para más y, en muchas carreras, el equipo ha tenido que conformarse con pelear por entrar en los puntos.
Pero, ¿qué es lo que motiva a ese Fernando Alonso que sigue peleando por un séptimo como si fuera una victoria? ¿Qué hace que el considerado como el mejor -o uno de los más grandes de la parrilla y de la historia-, a sus 44 años, tenga ganas de estar codeándose con la parte media, sin disposición de buscar un podio desde hace más de dos años?
«Quiero volver a ganar»
«El desafío personal de intentar volver a ganar en la Fórmula 1, el proyecto en sí, Aston Martin… Las grandes instalaciones que tenemos ahora, la gente fantástica que se ha unido al equipo, también. Me siento muy orgulloso de ser parte de la organización y esto me mantiene en la mejor forma posible porque sé que tengo una responsabilidad sobre mis hombros estando en una organización increíble como Aston Martin. Este es el lugar donde quiero tener la última oportunidad en la Fórmula 1. Corro ahora porque me encanta correr, porque quiero volver a ganar y quiero ganar con este equipo. Todos queremos demostrar algo, todos queremos ganar una vez más en la Fórmula 1″.
Así lo dejó claro el asturiano en una entrevista personal y muy reflexiva para Aston Martin. Una charla donde aparece lo que muchos llaman ‘el gen Alonso’. Una mezcla de exigencia, inconformismo y ambición que hace que nunca se dé por satisfecho.
Corro ahora porque me encanta correr, porque quiero volver a ganar y quiero ganar con este equipo. Todos queremos demostrar algo, todos queremos ganar una vez más en la Fórmula 1″
El piloto español no ha dudado en señalar dónde fallan las cosas, qué se debe mejorar y cómo deben trabajar para que el futuro sea distinto. Sus mensajes no siempre son cómodos, pero son necesarios. El propio Alonso lo ha resumido con una frase que repite a menudo: “Está claro el camino”.
En pista, Alonso sigue marcando diferencias. Aunque no tenga el monoplaza más rápido, demuestra cada domingo que la experiencia pesa. Sus salidas, sus adelantamientos y su capacidad de leer la carrera mantienen vivo el interés de los que aficionados; sobre todo de los que saben. Esa actitud, esa manera de pelear cada posición como si fuera la última, es lo que define su carácter y lo que contagia al equipo.
Fernando Alonso sigue marcando diferencias
«Primero, necesitas respetar el trabajo de todos y, al mismo tiempo, necesitas liderar con el ejemplo, tienes que dedicar las horas necesarias para rendir al máximo, tienes que dar el resultado los domingos cuando sea posible. Tienes que estar en forma, motivado durante toda la temporada para hacer el trabajo todos los días, a pesar de tener días mejores y días peores. Tienes que tener esta máscara, cuando vienes al trabajo. La Fórmula 1 es brutal en este sentido, es el ambiente más competitivo, en cualquier deporte«, dice.
Y esto también lo refleja en su forma de liderar puertas adentro. El asturiano participa activamente en reuniones técnicas, presiona para que lleguen mejoras y no se esconde cuando algo falla. Esa exigencia a veces se percibe como cierta dureza -Honda y McLaren lo vivieron muy de cerca-, pero en un deporte como la Fórmula 1 es la diferencia entre conformarse o crecer.
Este año ha habido frustración. Actualizaciones que no han dado el resultado esperado, fines de semana en los que se ilusionaban el sábado y se desinflaban el domingo, y carreras en las que el coche parecía quedarse sin aire. Alonso no lo disimula, pero tampoco baja los brazos. Y esa mentalidad es la que mantiene vivo el proyecto.
De cara a lo que viene, Aston Martin se centra en 2026, aunque sin descuidar el presente. El trabajo que hacen ahora servirá para probar soluciones, recopilar datos y llegar mejor preparados al gran cambio de normativa. La sensación es que el equipo está en una fase de transición, en la que cada decisión cuenta y cada error enseña.
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Alonso afronta este reto con la misma ambición que mostró en sus mejores años. No promete milagros, pero sí esfuerzo, disciplina y una convicción que lo define desde sus inicios. “El camino está claro”, insiste. Y lo dice alguien que sabe lo que cuesta ganar en Fórmula 1.
«No puedes mostrar ninguna debilidad»
«No puedes mostrar ninguna debilidad», cuenta el astur a Aston Martin. «Somos 20 pilotos en el mundo, así que hay muchos ojos sobre nosotros, mucha atención en todo lo que hacemos, las cosas buenas y las malas se exageran. Tienes que tener, obviamente, una enorme autoconfianza, pero al mismo tiempo tienes que mostrar cero debilidades en tu estilo de conducción, en las apariciones en los medios, en cualquiera de los rumores que puedan aparecer. Tienes que estar siempre muy, muy tranquilo al respecto». ¿No resulta agotador llevarla siempre puesta?, le preguntan. «Lo es, es muy exigente, no todos los días te sientes al 100% y te sientes listo para cumplir con los compromisos que tienes que hacer».
De toda esa experiencia, ¿qué consejo compartiría Alonso? «Que todo pasa mucho más rápido de lo que piensas en ese momento, pero el sol y el día llegan en 16 horas», recuerda sobre la carrera de Abu Dhabi 2010. Aquella noche de domingo que casi lo destruye.
«Es difícil entender por qué esto sucedió y por qué esto me sucedió a mí. Uno de esos momentos en los que te gustaría retroceder 24 horas en el tiempo y hacer las cosas de manera diferente». Pero solo necesitó de unas pocas horas para rehacerse. «En mi caso, fueron como 16 horas. Me desperté el lunes por la mañana y teníamos un test de Pirelli el martes. Y tomé ese test de Pirelli como un punto de reinicio. Con el tiempo, con los días, con las semanas o con los meses, entenderás en realidad que eso tenía que pasar para encontrarme ahora en esta situación«, contó en detalle el de Aston Martin.
A sus 43 años, el tiempo se agota. Sin embargo, hay grandes que aumentaron su leyenda tras cruzar esa línea: Prost (38), Mansell (39), Brabham (40)… «Es tan competitivo que no se quiere ir sin ganar y la suerte siempre se equilibra«, dijo una vez Pedro de la Rosa. Y ahí está Alonso, que recuerda, nítida, aquella mágica tarde en Brasil, la penúltima en sus manos.