El mundo del fútbol ha cambiado de manera drástica en los últimos años, las grandes fortunas, el capital extranjero, los equipos estado, han provocado que, clubes tan grandes como el Real Madrid, tengan que planificar sus plantillas con muchos años de antelación, contratando a talento joven que sea capaz de liderar al equipo pasados unos años, y así evitar realizar grandes inversiones que pueden hacer tambalear la economía. Florentino Pérez ha sabido adaptarse a esta nueva forma de gestionar el fútbol, pero se ha encontrado con un problema que está a punto de estallar en el Real Madrid.
La capitanía del Real Madrid
El Real Madrid viene de vivir una época dorada, de grandes éxitos, y liderada por profesionales que anteponían el interés del club por encima de cualquier interés personas. La pasada temporada, el capitán blanco era un centrocampista de 39 años, 6 veces campeón de Europa, que jamás levantó la voz ni dio una mala declaración que pusiera su figura por encima del club. Modric era un líder que además, guiaba a sus compañeros. El año antes, compartía ese liderato con un futbolista que ya imponía solo con su presencia, como Toni Kroos, también muy comedido con sus palabras, y capitaneado por Nacho, un futbolista que tuvo que pelear cada día en el club por demostrar su importancia y valía
Ahora hemos pasado a que los capitanes del Real Madrid son un Carvajal, que necesita recuperar el mando del vestuario cuanto antes, Valverde y Vinicius. Lo del brasileño se podía intuir, pero jamás del uruguayo. No se recuerda que un capitán, como Modric, metiera la pata en sus declaraciones, seguro que alguna vez se equivocó, pero dos veces en dos semanas, impensable.
Jóvenes que lo han ganado todo
Con la nueva lesión de Carvajal, los capitanes del Real Madrid son un futbolista de 27 años y otro de 25, Valverde y Vinicius, dos futbolistas que ya lo han ganado todo, pero que parece que liderar al club más grande de la historia del fútbol se les está quedando grande. Ambos futbolistas, llamados a ser ejemplo en el vestuario, han decidido echar un pulso a Xabi Alonso, a cuestionar sus decisiones, a mostrar su enfado públicamente, a anteponer lo individual por lo colectivo.
Xabi Alonso capea el temporal negando cualquier tipo de problema, pero empieza a ser evidente que algo pasa. Lo de Vinicius, como decimos, es esperable (no por ello justificable), pero no lo de un Valverde, quien se ha encargado, en dos semanas, de decirle a su entrenador que no quiere jugar en una posición donde ahora es más necesario que nunca. Al tolosarra no debió gustarle nada la rueda de prensa del lunes, ayer le sentó, y el lenguaje corporal del uruguayo, sin calentar en el rondo antes del partido con sus compañeros, y con una actitud pasiva en el calentamiento, demostró que algo pasa, y más cuando se quedó sin minutos al final del partido. Sorprende, y mucho, lo de Valverde, sobre todo porque su nivel en este inicio de temporada está siendo bajo, y pese a todo, lo ha jugado casi todo, y en el sitio donde le gusta jugar.
El liderazgo del Real Madrid
Xabi Alonso no se va a arrugar, y cuenta con dos bazas que pueden ser determinantes, Carvajal, el capitán, que debe dar un golpe sobre la mesa, y Mbappé. En el caso del lateral, que puede convertirse en el futbolista con más Champions de la historia del fútbol, debería dar una clase de lo que significa ser un líder humilde, explicar que la grandeza del club está por encima de cualquier jugador. En el caso del francés, el jugador más en forma del planeta en estos momentos, con hambre de títulos, puede ejercer de líder natural para frenar el mal camino de Vinicius y Valverde. Queda mucha temporada por delante, todo puede volar por los aíres y Xabi Alonso se enfrenta a un gran problema que debe saber resolver.