Fernando Alonso salió a pista este viernes en Singapur con un coche que parecía otro. Bajo los focos del circuito urbano de Marina Bay, el Aston Martin se mostró sólido y rápido. Fue un inicio de fin de semana diferente. Por primera vez en más de dos años, el asturiano terminó las dos sesiones en las posiciones de cabeza. El paddock lo miró con respeto. Y muchos se preguntan ya si este puede ser el fin de semana para volver a luchar por algo grande.
El mejor viernes del año para Alonso y Aston Martin
El aviso llegó muy pronto. En la primera sesión, Alonso marcó el mejor tiempo. Un 1:31.116 que lo colocó delante de Charles Leclerc y Max Verstappen. Una vuelta limpia, sin excesos, suficiente para colocar a Aston Martin al frente de la tabla. El paddock lo miró con atención. El coche respondía en las curvas lentas, donde había sufrido en citas anteriores, y el español rodaba con confianza.
Y es que este tiempo no fue solo un registro rápido. Era una declaración de intenciones. Después de tantos viernes grises, Fernando Alonso volvía a sonreír en un circuito donde siempre ha tenido algo especial. Incluso, como él mismo decía, se presentó un coche rápido para hacer con él el mejor viernes del año, quizá la palabra que todos estaban buscando en el box del equipo de Silverstone.
En la segunda tanda, ya con más carga de trabajo en simulaciones de carrera, Alonso fue cuarto. Hubo bandera roja y tráfico, pero el ritmo se mantuvo. El coche no perdió competitividad y se confirmó en la parte alta. El propio piloto lo reconoció: «Estar en el ‘top-4’ en las dos sesiones es algo que no habíamos conseguido hasta ahora».
Singapur ha entrado entre los mejores circuitos para el AMR25 de Alonso
Alonso ya se había encargado de recordarlo este jueves: los mejores circuitos para el AMR25 son Mónaco, Hungaroring y Zandvoort. En el primero, iba sexto y cayó por el motor, en el segundo terminó quinto, aunque en el tercero se vivió el cuento de la lechera el viernes y el octavo puesto no consolaba. Y Marina Bay ha entrado en la órbita de los tres mencionados por su configuración, exigencias y limitaciones del AMR25. Y parece haberse confirmado.
Sin embargo, Alonso fue prudente en su análisis: “El examen real es el sábado, en la clasificación”. La cautela no es casual. El asturiano ha vivido demasiadas veces un viernes prometedor que después se convierte en decepción. Y no quiere alimentar ilusiones antes de tiempo.
Claro que todos en el garaje verde saben que el Aston Martin arrastra problemas estructurales desde el inicio de temporada. Para evitar daños en el fondo plano y en la suspensión, el coche rueda más alto de lo ideal. Esa mayor altura limita la carga aerodinámica y penaliza la velocidad en recta. Esto, precisamente, fue lo que pasó en Zandvoort, cuando se vieron obligados a levantar el coche para, sobre todo, no ser penalizados. Además, el desarrollo del AMR25 se frenó hace meses, pues la mayor parte de los esfuerzos de la fábrica ya están enfocados en el proyecto de 2026, cuando entre en vigor la nueva normativa.
Singapur no es un lugar cualquiera para Alonso
Aun así, lo que se ha dejado ver es que Singapur parece adaptarse mejor al coche de Fernando Alonso. Las largas zonas lentas y las curvas cerradas reducen la desventaja respecto a rivales como Red Bull o McLaren. El trabajo del equipo con los reglajes ha dado resultado. El equilibrio ha mejorado y Alonso lo ha notado desde la primera vuelta.
El viernes ha encendido la ilusión, pero la pregunta de fondo sigue abierta. ¿Puede Alonso pelear por la pole o por la victoria? La respuesta llegará en la clasificación. Para estar en la lucha, necesitará una vuelta perfecta, sin margen para errores. También, claro, comprobar el nivel de rendimiento con más y con menos combustible, algo crucial para el día de la carrera. En un trazado urbano, donde cada centímetro cuenta, cualquier fallo se paga caro. Para muchos, incluida la propia Aston Martin, un gran resultado significaría consolidarse como el tercer coche del pelotón. Hungría demostró que ese objetivo está en su mano. Pero todos son conscientes de que, si esas son las condiciones, Alonso tiene la capacidad de llevar el AMR25 a pelear por las posiciones delanteras. Pensar en ganar es más complejo.
Haría falta que Ferrari, McLaren y Red Bull no aprovechen al máximo su potencial, o que la carrera se abra con incidentes, coches de seguridad o estrategias arriesgadas. Aun así, el factor experiencia juega a favor del asturiano. Con 43 años, Alonso ha demostrado que sabe manejar este tipo de escenarios. Si el coche le responde, sabrá estar en el sitio justo para aprovechar cualquier oportunidad.
Singapur no es un lugar cualquiera para Alonso. Allí ganó en 2008 y en 2010, en dos noches que marcaron época. El asturiano siempre ha mostrado una conexión especial con este trazado. Marina Bay premia la valentía, la concentración y la gestión del esfuerzo. Y esas son, quizá, las mejores armas de su repertorio.
Por eso, cada vez que rueda en sus calles iluminadas, el recuerdo de sus viejas victorias se cuela entre la afición. Hoy, más de una década después, vuelve a estar en el centro de las miradas.
El viernes ha devuelto la chispa a un equipo que llevaba meses apagado. Nadie en Aston Martin habla abiertamente de victorias ni de poles (ni muchísimo menos), pero el simple hecho de plantear la opción ya refleja lo que ha cambiado en Singapur. Fernando Alonso ha recuperado sensaciones, el coche ha dado un paso adelante y los rivales lo han tomado en serio.