Éder Militao es el jefe de la defensa. El central dio un recital defensivo en el Clásico. En la victoria del Real Madrid por 2-1 ante el Barcelona, el zaguero asistió (de cabeza) a Jude Bellingham en el segundo de los blancos y, defensivamente, fue impecable. El brasileño logró conectar tres entradas (de 4 intentadas), despejó cuatro pelotas, bloqueó un tiro, recuperó dos balones y ganó siete duelos de nueve disputados (5/6 en el suelo, 2/3 en los aires). Cada día que pase, Éder deja atrás la terrible lesión que sufrió hace un año. Es el líder indiscutible de la zaga de Xabi Alonso.
Éder Militão vuelve a su máximo nivel
‘Mili’ ha vuelto a su mejor nivel. Quién lo iba a decir. Después de sufrir dos roturas de cruzado, todo el mundo le daba por muerto. Pero Éder nunca se rindió. Contra Osasuna, el 9 de noviembre de 2024, su rodilla volvió a hacer ‘crac’. En verano, el 9 de julio de 2025 (242 días después), el brasileño regresó a los verdes en el Mundial de Clubes, contra el Paris Saint-Germain, y fue uno de los mejores en el campo. A pesar de haber disputado 20 minutos contra los parisinos, el central mandó un fuerte mensaje: estaba de vuelta. Y se confirmó en pretemporada.
Contra el Leganés, gol desde su campo. Contra el WSG Tirol, otro diana. Estaba enchufado. Y se ha ido viendo luego en la temporada. Xabi Alonso le ha dado paso, poco a poco. Al principio, no podía encadenar tres partidos de manera consecutiva. Pero ahora, el brasileño parece estar lanzado, y en racha. Su asistencia en el Clásico embellece su tablero: contra el Espanyol, el central había marcado de un potente zapatazo a más de 20 metros de la portería. «Parece fácil, pero no lo es«, relataba entre risas.
«Es un milagro verle a este nivel»
«Volver a ver a Éder Militão a este nivel, es un milagro», deslizan. Porque después de romperse los dos cruzados, ‘Mili’ pensó en colgar las botas. «Han sido dos años difíciles, con dos lesiones muy complicadas. La segunda la enfrentas de otra manera porque ya conoces el proceso. No es fácil. Tienes que estar muy apegado a tu familia, a Dios. Te quita la rutina, lo que estás acostumbrado a hacer, entrenar. De repente, estás en casa, dependiendo de ayuda, de que alguien te ayude. Gracias a Dios, me recuperé de las lesiones y volví al máximo nivel… no es fácil. Con mi segunda lesión, me pasaron muchas cosas por la cabeza. Pensé en dejar el fútbol porque no es fácil, pero con la ayuda de mi esposa, mi hija y mis compañeros, hoy estoy aquí para jugar bien«, explicó en su regreso a la selección brasileña.
Éder Militao ha vuelto para comandar la defensa del Real Madrid. Su actuación frente a la Juventus, junto a Raúl Asencio, fue una demostración de jerarquía, inteligencia táctica y liderazgo silencioso. Cuando más lo necesitaba el equipo, el brasileño reapareció en su versión más fiable, esa que combina agresividad en la marca, capacidad de anticipación y una serenidad que contagia a todo el bloque defensivo. En el Derbi, aunque salió lesionado al descanso, también fue imperial. Y en el Clásico, superó la prueba de fuego.
Ahora, Éder Militão sólo quiere ir a más. Su sueño también es jugar el próximo Mundial con Carlo Ancelotti. Pero no se la quiere jugar, por muy bien que estén las cosas ahora. Sabe que un nuevo grave percance podría suponer el fin de su carrera. En Valdebebas (y en la canarinha), se toca mucha madera para que las lesiones le respeten, por fin. Él también lo desea.
